ISLAS MARIANAS

UN PARAÍSO REMOTO Y APASIONANTE

 

Fernando de Magallanes descubrió estas islas en su famoso viaje alrededor del mundo en 1521, pero no se detuvo en ella ya que su objetivo era hacer nuevos descubrimientos. Tras su muerte, sus compañeros de viaje describieron con lujo de detalles el país que habían descubierto, Filipinas, al llegar a España.

Los españoles asombrados quisieron unir Oriente y Occidente conquistando aquellas islas de las que nadie había oído hablar en Europa.

EL LEGADO DE MAGALLANES

El emperador Carlos V estaba deseoso de extender su dominio. Su hijo, Felipe II le sucedió en el trono dispuesto a llevar a cabo el plan de su padre. Ordenó al Virrey de la Nueva España (México), Luis de Velasco, equipar una flota a ir a conquistar las islas que Magallanes había descubierto en Oriente.

Miguel López de Legazpi fue el encargado de la misión. Salieron de México a principios de 1563. Las primeras islas con las que toparon fueron las Marianas, a las que Magallanes ya había dado el nombre de “Los Ladrones”. Cuando llegó, los nativos nunca habían visto europeos, sin embargo, ya practicaban el comercio por ello, llegaron a los navíos de la expedición de Magallanes y les ayudaron con comida y dinero para obtener hierro a cambio. El problema ocurrió cuando un grupo de habitantes de la isla les robaron un bote que estaba atado en una de las naves. Cuando Magallanes lo supo, enfadado, bajó a tierra a recuperar sus pertenencias. Los isleños comenzaron a atacarles y Magallanes decidió incendiar algunas viviendas y ejecutar a siete nativos que capturaron. Tras este imprevisto siguió su viaje.

Posteriormente se le dio el nombre de “Islas de las Velas” por la cantidad de pequeñas embarcaciones que llegaban con las velas desplegadas a rodear a las naves españolas. Finalmente pasaron a llamarse Islas Marianas, en honor de la reina Mariana de Austria, quien envió allí misioneros para predicar el Evangelio.

Legazpi al desembarcar en las islas y observar su falta de comodidades no se detuvo mucho tiempo, se contentó con hacerse amigo de los habitantes y prosiguió su viaje.

Llegaron a las islas de Luzón, Mindoro y Mindanao, que pasaron a llamarse Filipinas en honor de Felipe II. Se hicieron dueños de ellas en poco tiempo y fundaron establecimientos de gran importancia, además de enviarles misioneros desde la Nueva España.

Hasta que llegó el padre Diego Luis de San Vitores, de la Compañía de Jesús. Tenía gran talento para las ciencias, pero las misiones le atraían, por ello le destinaron, tras mucho solicitarlo, a la Misión de Filipinas. Embarcó en Cádiz el 15 de mayo de 1660 y llegó a México a finales de julio. Allí, el virrey, quien había acudido a alguno de sus sermones, quiso convencerle para quedarse en México y trabajar en la religión y salud de la ciudad antes que viajar a Filipinas a predicar la fe a un número reducido de habitantes. Pero al padre San Vitores sólo le llamaba Filipinas y no pensaba detenerle nada. Se embarcó el 5 de abril de 1662 con catorce misioneros.

Antes de llegar a Filipinas pasaron por las Islas Marianas, donde les recibieron con bondad y amabilidad. El padre San Vitores no pudo contener las lágrimas al saber que aquellas personas estaban sumidas en el paganismo y nadie había llevado la luz del Evangelio a aquel lugar. A pesar de no querer abandonar aquellas islas, pensó que era mejor continuar su misión en Filipinas y más tarde regresar a las Marianas y establecer allí la fe.

Llegó a Filipinas el 10 de agosto de 1662 y no se tomó ni un momento de descanso. A pesar de su duro trabajo y esfuerzo en Filipinas, el padre San Vitores no dejaba de pensar en las Islas Marianas y comprendió que debía emplear medios más eficaces para lograr que le destinaran allí. Escribió una misiva al príncipe Felipe IV mostrándole todas sus ideas, pensamiento y sentimientos. La carta fue bien acogida en la corte de España. El rey, conmovido, juzgó que la petición era justa, pero, desgraciadamente, el príncipe murió al poco tiempo. El caso pasó directamente a la reina para que tomara estas islas bajo su protección.

Tras leer las memorias y cartas de San Vitores, el rey Felipe IV dio orden al gobernador de Filipinas de proporcionar buques y recursos para las Islas Marianas. Hizo preparar un buque que saldría de México con dirección a las Marianas para dejar al padre San Vitores y a sus compañeros.

Se embarcaron en el puerto de Cavite con el padre Tomás Cardeñoso el7 de agosto de 1667. Tras legar a México, el padre San Vitores escribió al marqués de Mancera para anunciarle su llegada y solicitarle aquellos recursos necesarios. Esta demanda de productos fue rechazada a pesar de que eran sólo diez mil escudos, sin embargo, el Virrey la aceptó al día siguiente.

Dieron vela el 23 de marzo de 1668, con el almirante Bartolomé Muñoz a cargo y llegaron el 15 de julio a las islas de Zarpana, seguida de la isla de Guahan

En 1667, España las reclamó efectivamente, y les puso el nombre de la reina Mariana de Austria, esposa del rey Felipe IV.

El 15 de junio de 1668 llegó a la isla de Guam una expedición de jesuitas enviados por la misma reina, su misión era predicar el Evangelio en las nuevas posesiones. Los misioneros se establecieron en Agaña, y en un principio fueron bien acogidos por el cacique indígena Quipuha, quien se convirtió al catolicismo. Pero las revueltas no tardaron en estallar, y durante una de ellas algunos isleños asesinaron a gran parte de la comitiva. Los indígenas paganos se levantaron varias veces contra la ocupación española, hasta que el capitán Damián de Explana logró reducirles. En 1690 nuevas insurrecciones surgieron en las islas, pero esta vez fueron rotundamente sofocadas, quedando establecida de forma definitiva la soberanía española en toda la región.

En el siglo XIX, España estableció en las islas un gobierno regular y un presidio, cuyos penados provenían en su gran mayoría de las islas Filipinas. Estos presos eran obligados a participar en la colonización de todo el territorio.

La colonización española duró 230 años, hasta que la guerra hispano-estadounidense de 1898, cuando España perdió a favor de Estados Unidos la isla de Guam por el Tratado de París de 1898. Y al año siguiente el gobierno de Francisco Silvela firmó un tratado con el Imperio Alemán por el cual las Islas Marianas, Carolinas y Palaos pasaban a manos de esta nación por el pago de 25 millones de pesetas de la época.

En octubre de 1914 los tres archipiélagos fueron ocupados por los japoneses, quienes no encontraron la menor resistencia. Por el Tratado de Versalles, Japón recibió las islas en mandato de 1919 a 1947, a excepción de Guam, que había sido cedida anteriormente por España a Estados Unidos.

El archipiélago fue escenario de sangrientos combates entre tropas estadounidenses y japonesas en 1944, durante la Segunda Guerra Mundial.

TURISMO

Hay diversos lugares para visitar en las Islas Marianas en su conjunto. Especialmente en las Marianas del Norte están tres islas principales y acondicionadas para recibir turistas en el año. Las tres son cotizadas por su belleza y la gran cantidad de recursos y ecosistemas naturales casi vírgenes. Estas islas son Saipán, Tinián y Rota.

En la cadena de Marianas  están también las Islas del Norte. A ellas se accede sólo en barco, aviones privados o helicópteros. Son de naturaleza virgen y están deshabitadas, sólo hay anfitriones nativos del reino animal. Es un mundo único y original, los que puedan andar y desandar en sus arenas, pudieran ser los únicos que hayan pasado por esos caminos elegidos.

Naturalmente, por no ser tocadas ni dañadas por la mano del hombre, tienen un ambiente místico, hermoso, divino, hay volcanes activos, playas de arena negra, formaciones rocosas increíbles y mucha vegetación silvestre.

No se registran entradas de visitantes frecuentes, pero vale la pena hacer el esfuerzo por hacerlo. Entre las actividades que pueden hacer en la isla están el senderismo, pesca, buceo, caza, observación de aves, observación de volcán, fotografía y camping.

Mientras que en Saipán, Tinián y Rota, sus valores más apreciados están en la gente, amable, hospitalaria y unos atardeceres que dan la impresión de estar en un paraíso. Hay oportunidad de relajación, de visitar centros culturales, playas de las Islas Marianas del Norte, que tampoco tienen que envidiar a muchas playas del Océano Pacífico.

ISLAS A VISITAR

De las mejores cosas que se pueden hacer en las Islas Marianas está la práctica de buceo. En la isla de Rota se encuentra la casa de los “hobbits” que no es más que una formación coralina con varias entradas, donde se puede nadar con tiburones y peces de arrecifes.

Bajo sus aguas, en las profundidades, hay un velero chino, aviones de caza japoneses y pare de contar, muchas sorpresas lo esperan en ese rincón paradisíaco.

La laguna natural de Saipán es otro sitio en donde los turistas se pueden dar el gusto de practicar esquí acuático, snorkel, windsurf, jet esquí, volar en parapente, bajar al fondo del mar y hasta hacer un tour submarino, ofrecido por algunas empresas de turismo, que duran unos 45 minutos y los llevan a unos 30 m de profundidad.

Garapan forma parte de las Islas Marianas del Norte, situado en la costa oeste y está provisto de gran cantidad de hoteles, los principales de la isla y además están las instalaciones del Parque estadounidense, el cual honra a los soldados estadounidenses que murieron en la Batalla de Saipán.

Así mismo, se encuentra el Paseo de Marianas, de gran atractivo popular. Hay iglesias, parques, además de otros atractivos turísticos.

Ypao Beach Archeological Site es un parque frente a la playa de Ipao. En él se pueden preparar barbacoas, hay canchas y otros juegos para los más pequeños de la familia, gran cantidad de árboles y cómodas instalaciones, con baños, duchas, restaurantes con comida típica.

En Guam está la playa de Tumon muy visitada por propios y foráneos. Es de aguas limpias, casi transparentes, arena suave, corales, buena para practicar snorkel. Se aprecian atardeceres de ensueños, cuando el cielo va adquiriendo tonalidades variadas de la perfecta naturaleza.

La Bahía de Talofofo es una ensenada en el territorio norteamericano de Guam, ubicada al sureste de la isla y desembocadura del río Talofofo. Es muy conocida por el característico color marrón, que se debe al limo y la arena del río Talofofo y que contrasta con la arena blanca, de piedra caliza coralina, la cual predomina en la isla.

Inarajan es un pueblo ubicado en la costa sureste de Guam. Entre sus mejores atractivos, aparte de su rica cultura chamorra y española, está el Bear Rock. Este es una inmensa formación rocosa que se parece a un oso gigante sentado bajo el sol.

Hay otra maravilla para grandes y chicos, un poco más hacia el sur de la aldea principal, es el Salaglula Pool, que son un conjunto de espectaculares piscinas de agua de mar, muy visitadas y preferidas por los que van a nadar.

En Inarajan están además el río y las cataratas de Talofofo, cuevas, parques acuáticos y mucho más para divertirse y/o relajarse

Las Islas Marianas del Norte son un paraíso tropical ubicado en el Océano Pacífico, tiene algunas de las mejores playas de aguas cristalinas, con una colorida y variada vida submarina, ideal para los buceadores y amantes del snorkel. Además, como valor agregado, no faltan los arrecifes y selvas exuberantes, con gran variedad de aves tropicales. Cuenta, además, con una amplia oferta de restaurantes, hoteles, tiendas, clubes nocturnos y actividades al aire libre, así como de sitios de gran interés histórico y cultural, campos de golf de importancia mundial, centros comerciales, hoteles y posadas de lujo, en fin, toda una caja de sorpresas agradables que invitan a conocerlas.

El Territorio de Guam (Guåhån en chamorro, hasta el año 1900 y en español, Guaján), es un estado asociado a los Estados Unidos, conocido como Commonwealth of Guam, compartiendo este estatus con Puerto Rico.

Es la isla más grande de las Marianas. Está situada en el Océano Pacífico occidental y está compuesta por 19 poblados y varias bases militares estadounidenses, que ocupan casi un tercio de la isla.

En la isla de Guam manejan el idioma chamorro, una lengua austronesia con marcada influencia española. Debido a la inmigración de familias filipinas, japonesas y chinas, ya han ido mezclando sus vocabularios, especialmente el tagalo filipino.

Su capital es Hagåtña y se pronuncia Agaña y está en el área insular de los Estados Unidos de América, por el extremo sur de las Islas Marianas. Durante la dominación española sobre las Islas Marianas, en 1898, fue llamada San Ignacio de Agaña, pero al ser anexada a los Estados Unidos la nombraron “Agana” por no poseer la letra “ñ” en su vocabulario. Cuando lograron la autonomía al final del siglo XX, le cambiaron el nombre nuevamente.

Las Islas Marianas del Norte son catorce, pero las más visitadas y atractivas son Saipán, Tinián y Rota. Es un lugar mágico, en el que se puede tomar sol en cualquiera de sus playas de blanquísimas arenas o probar suerte en un casino.

Si lo que se buscan son actividades deportivas, hay golf, con un campo de vista espectacular hacia el mar de Filipinas, o bucear y ver de cerca los naufragios de la II Guerra Mundial.

Hay clubes turísticos que también ofrecen y organizan paseos, caminatas, a sitios como pueblos escondidos, pescar en los acantilados, montar en banana, windsurf o asistir a los partidos de golf. Están bastante organizados para brindar una excelente estancia al turista o visitante.

La Islas Marianas son, sin duda, un objetivo turístico bastante desconocido, pero apasionante.


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