UN
LUGAR ROMÁNTICO EN EL PACÍFICO
Esta isla volcánica del grupo de las
Barlovento se encuentra ubicada en el archipiélago de la Sociedad en la Polinesia Francesa
y a tan sólo diecisiete kilómetros al noroeste de Tahití.
El nombre de Moorea significa “lagarto
dorado” y existe una leyenda que narra que un lagarto gigante partió con la
cola las dos bahías del norte. Estas bahías son las de Opunohu y la de Cook o
Paopao. Curiosamente James Cook en 1777, ancló en la bahía de Opunohu y no en
la de Paopao. El mirador de Belvedere es un punto de atracción con espléndidas
panorámicas de las dos bahías.
Su nombre histórico es el de Aimeho, o Elmeo,
que quiere decir “refugio”. La proximidad con Tahití hizo que se utilizara como
refugio de los guerreros derrotados. Un exiliado fue el rey Pomare II que en 1808 se instaló durante siete años
después de la revuelta provocada al intentar establecer un reino absolutista.
En la actualidad continúa siendo un refugio, pero para los que quieren huir de
la capital Papeete.
Para Samuel Wallis (1767) fue la isla de
York, mientras que para el español Domingo Boenechea (1772) la isla de Santo
Domingo.
GEOGRAFÍA
La superficie total es de 135 kilómetros
cuadrados y la altitud máxima es de 1.207 metros en el
monte Tohiea. La isla tiene un perfil montañoso, con sus vertientes cubiertas
de plantaciones de piña, aguacates y pomelos. Además de las dos grandes bahías,
tiene ocho valles que forman una estrella. Otra leyenda dice que la isla es un
pulpo y está rodeada de una laguna con playas de arena.
Este perfil rocoso y escarpado, presente de
forma constante a poniente de Tahití, hizo que el escritor norteamericano
William Sommerset Maugham, en el libro The
Moon and Sixpence (1919), la describiera como una Montserrat del Pacífico.
La isla tiene alrededor de 15.000 habitantes,
distribuidos en las comunas asociadas de Afareaitu, Haapiti, Papatoai y
Teavaro. Junto con Maiao forma la comuna de Moorea-Maiao.
EL
TURISMO COMO DESTINO PRINCIPAL
Esta isla es uno de los principales destinos
turísticos de la Polinesia Francesa,
existiendo en la misma varios resorts
de lujo que permiten a sus visitantes disfrutar de su magnífica y bella laguna.
El transporte a esta isla generalmente se
realiza desde Tahití mediante transporte aéreo en vuelos de unos cinco minutos
aproximadamente o bien a través de numerosos ferrys que se trasladan desde el puerto de Papeete a Moorea.
También es posible contratar un transporte privado en lancha.
Los hoteles de Moorea disponen de los
característicos bungalows en el agua
que hacen las delicias de los recién casados y numerosas parejas que se
desplazan en busca de uno de los lugares más románticos del Pacífico.
La isla combina numerosas posibilidades ya
que dispone de un paisaje montañoso realmente bello y los deportes y
actividades acuáticas, siendo la más popular la actividad de las vistas a la
laguna para alimentar rayas y tiburones.
PAPEETE
Es una ciudad situada en la isla de Tahití,
en la Polinesia Francesa.
Es la capital y localidad más grande del archipiélago, con una población que
ronda los 27.000 habitantes si se cuenta su área metropolitana. Después de
Numea, la capital de Nueva Caledonia, es la ciudad francófona más grande de
Oceanía.
La zona que ahora constituye Papeete fue
colonizada por el británico William Crook, misionero de la Sociedad Misionera
de Londres en 1818. La reina Pomare IV de Tahití trasladó su corte a Papeete y
la hizo su capital a finales de 1820, con lo que la localidad creció y se
convirtió en uno de los principales centros regionales de transporte marítimo.
Papeete se mantiene como capital de Tahití, después de que Francia se hiciera
con el control del archipiélago y lo convirtiera en un protectorado en 1842.
Herman Melvilla fue encarcelado en Papeete en
1842 y sus experiencias se convirtieron en la base para la novela Omoo. Por su parte, Paul Gauguin visitó
la ciudad en 1891 y con la excepción de dos años, de 1893 a 1895, no volvió a
Francia. El famoso escritor Robert Louis Stevenson también se cree que pasó
algún tiempo en Papeete en 1888.
La mitad de la localidad fue destruida por un
gran incendio en 1884, y desde entonces se prohíbe el uso de materiales de
construcción autóctonos. Un gran ciclón causó grandes daños a la ciudad en
1906.
ATRACTIVOS
TURÍSTICOS
A la hora de destacar los principales
incentivos turísticos de Moorea, contando que es, tras la celebérrima y muy
publicitada Bora Bora, la segunda isla más visitada del archipiélago de la Sociedad, hay que tener
en cuenta que se puede acceder a ella en un vuelo de apenas diez minutos o un
trayecto en catamarán, o bien en un ferry
de poco más de media hora desde Tahití, donde se encuentra el aeropuerto
internacional. Pero existen otras muchas e importantes razones para visitarla y
disfrutar de ella.
La isla, con una caprichosa forma de
cangrejo, está completamente rodeada por un arrecife coralino continuo que
conforma hasta sus playas de arena blanca un lago de aguas cristalinas que
hierve de vida marina. Son apenas 130 kilómetros
cuadrados los que emergen milagrosamente del océano. Lo que quiere decir que en
la isla se encuentran picos de mil metros de altitud de los que descienden
poderosos saltos de agua y cascadas, miradores privilegiados sobre hermosas
bahías naturales, valles interiores de naturaleza exuberante trufados de plantaciones
de ananás, vainilla, mango, naranja, etc.
Entre lo más relevante para ver y hacer en
Moorea, existen estos atractivos:
ASCENDER AL MIRADOR TOATEA.
Desde este punto panorámico al este de la
isla se admira toda la amplia gama de azules de la laguna y el océano. Debajo
se postran la playa de Temae, el arrecife y el hotel Sofitel, y allá en el
horizonte se recortan las montañas de la vecina isla de Tahití. Esta es una
magnífica oportunidad para esa foto perfecta de la Polinesia Francesa
que incorpora sus mejores componentes.
ASCENDER AL BELVEDERE
Este mirador ofrece una de las vistas más
impresionantes de las islas de la Sociedad.
Imprescindible entre las cosas qué hacer en Moorea. Una vez
alcanzado el punto panorámico se dominan las bahías perfectas y gemelas
(verdaderos monumentos naturales) de Cook y Opunohu, separadas por la montaña
sagrada de Rotui (900
metros). En la bahía de Opunohu ancló en 1777 el
intrépido Capitán Cook, más apropiadamente de Paopao, y sirve en la actualidad
de fondeadero para cruceros de lujo.
El equipo de guías naturalistas del biólogo
marino Dr. Michael Poole ofrece desde 1992 un excelente ecotour embarcado de divulgación científica para avistar delfines
salvajes, en los meses de julio a octubre. También es posible admirar a la
ballena jorobada. Los barcos del Dr. Poole emplean sistemas muy eficaces para
asegurar que todos los visitantes puedan tomar buenas fotos, a la vez que se
respetan la seguridad y el bienestar de los cetáceos. Gracias a la iniciativa
del Dr. Poole y los esfuerzos del gobierno local, se creó un santuario de
ballenas y delfines dentro del territorio entero de la Polinesia Francesa.
EL MERCADO DE PAO PAO
Una de las poco conocidas cosas que pueden
hacerse en Moorea es visitar el mercado de Pao Pao. Es una experiencia
ineludible para el viajero sagaz y la mejor manera de apreciar la vida
cotidiana de los locales, y de paso admirar un estupendo fresco de François
Ravello. Está abierto de lunes a sábado de 6,00 a 17,00 horas, y los
domingos de 4,30 a
8,00 horas.
NAVEGAR POR LA LAGUNA
Realizar una travesía en barco o piragua a
motor por el hermoso lago que rodea la isla es casi imprescindible entre las
cosas interesantes que existen en Moorea. La excursión permite navegar las
bahías de Opunohu y Cook, hacer snorkel
e incluso almorzar en un motu, un
islote deshabitado.
MOOREA DOLPHIN CENTER
El intercontinental Moorea Resort & Spa
dispone de un amplio espacio acuático de 3.500 metros
cuadrados sobre el lago, donde se pueden realizar diferentes
actividades en compañía de tres delfines especialmente adiestrados para
interactuar con el viajero, uno de los cuales es un exmiembro de los famosos
Navy Seals estadounidense (desgraciadamente las tropas especiales de muchos
países utilizan delfines entrenados).
CLÍNICA DE TORTUGAS MARINAS
La fundación sin ánimo de lucro Te Mana o Te Moana dispone en la laguna privada de este resort de una clínica de tortugas marinas, donde recuperan
ejemplares dañados para devolverlos a su hábitat natural.
AQUABLUE
Es una experiencia fascinante para todos los
públicos: caminar con toda seguridad por el fondo marino del lago de Moorea,
equipados con una escafandra conectada por medio de una manguera a los tanques
de oxígeno del barco. A sólo cuatro metros de profundidad se puede andar por un
mundo bello y extraño, mientras se acercan un montón de peces de colores
atraídos por la comida que se les lleva en un bote. La experiencia de unas dos
horas de duración incluye también un snorkeling.
BUCEO Y SNORKEL
Buceo y snorkel
no pueden faltar entre las cosas que hacer en Moorea. Afortunadamente sus
amantes están de enhorabuena en esta isla. Los sitios más recomendables para el
snorkel (buceo de superficie) son la
playa de Temae en el noreste y los motus
Tiahura y Fareone en el noroeste.
La costa norte es un paraíso del buceo: The
Tiki, The Canyons y la bahía de Opunou acogen diversas especies de tiburones
(Moorea es célebre entre los buceadores por el tiburón limón) y diferentes
rayas.
PLAYA DE TEMAE
Es una larga y hermosa playa de arenas blanca
a orillas del lago, de poca profundidad y con estupendas vistas sobre Tahití.
Es la playa más amplia de toda la Polinesia
Francesa y está rodeada de palmeras y bancos de madera en la
sombra, perfectos para un rato de relax. Los fines de semana suele estar llena
de gente local.
MARAES
Los pobladores originales de la isla, los maohi, alzaron sus marae como lugares de culto a sus dioses, de respeto a sus jefes y
de encuentro comunitario de los clanes familiares. El Marae Titiroa ubicado en
el valle de Opunohu, Nuupere y Umarea son los más recomendables.
TIKI VILLAGE THEATRE
Se trata de la reconstrucción de un poblado maohi en el que se muestran los usos,
costumbres, oficios y folclore de las islas en un espectáculo tan turístico
como imprescindible para conocer en profundidad la cultura ancestral de las
islas. Lo más recomendable es asistir a su La
Grand Soirée, que incluye cena y espectáculo.
EQUITACIÓN
Montar a caballo es una manera original de
ver el hermoso interior de la isla. Los recorridos suelen durar unas dos horas,
acompañados por un guía. Todos los recorridos pasan por el interior, cruzando
ríos y proporcionando vistas espectaculares a las montañas de Moorea, y cerca
de las numerosas plantaciones de piñas, donde se degustan las que se consideran
las piñas más dulces del mundo.
COMPRAR PERLAS
Creadas en las aguas cristalinas de la Polinesia Francesa,
las perlas de Tahití están tan unidas al lugar de origen que con solamente ver
su característica forma el visitante se encuentra transportado a los Mares del
Sur. Hay varias tiendas de perlas establecidas en la isla de Moorea, con
mejores precios que en Tahití o Bora Bora. Las perlas de la Polinesia son conocidas
por su diversidad de tamaño, forma, calidad y un sin fin de matices de colores
naturales, que van desde el tímido gris pálido al místico negro antracita.
ALQUILAR UN COCHE, QUAD, MOTOCICLETA O
BICICLETA
Moorea tiene una única carretera que recorre
toda su costa y que mide poco más de 60 kilómetros, Así
pues, con un alquiler de un solo día es posible visitar la isla entera más o
menos cómodamente; es obvio, dependiendo del medio de locomoción que se elija,
los lugares en que se quiera detener el visitante y el tiempo que pretenda
dedicar. Los quads son la mejor
opción para acceder a los valles interiores y, por supuesto no faltan
excursiones organizadas para realizar un tour
en 4x4.
Realizar un viaje a Moorea, isla volcánica de
la Polinesia Francesa,
sin lugar a dudas, es tanto como convertir un sueño en auténtica realidad.
(Ver
interesante colección gráfica de este reportaje en GALERIA DE FOTOS)