V E N E C I A



HISTÓRICA, ROMÁNTICA Y MARAVILLOSA

Situada en la costa del mar Adriático, la denominada “ciudad de la laguna” fue un centro comercial, artístico y político de gran importancia en la época dorada de las “repúblicas marineras”.
Venecia es una ciudad flotante. Toda ella fue construida sobre centenares de islotes de la bahía, algunos de los cuales estuvieron poblados por pescadores en época romana. Sin embargo, no fue hasta la época medieval cuando empezó a cimentarse su marcada importancia política. Por aquel entonces, la población vivía cada vez más separada de las ciudades de tierra firme, las cuales iban siendo conquistadas por los lombardos.
En el siglo IX, el pequeño estado surgido de la laguna encontró en la zona del hoy Rialto su centro político. El Dux, que ejercía el poder apoyado por la aristocracia local, se independizó del dominio del imperio de Oriente, iniciando entonces su desarrollo a través del Adriático y luego del Mediterráneo. En aquellas épocas, los ricos mercaderes (el famoso Marco Polo entre ellos) fueron el reflejo de su opulencia, y sus palacios unían la elegancia y sutileza gótica al colorismo bizantino.
El apogeo de su poder culminó en los siglos XV y XVI combatiendo contra los turcos y como consecuencia de su hegemonía, florecieron extraordinariamente las artes. De forma muy especial, su pintura renovó toda la tradición italiana (Giorgione, Bellini, Tiziano, Tintoretto, Veronese, etc...).
Más tarde empezó a decaer su economía y políticamente fue aplastada por las potencias europeas. En 1797 llegó a pertenecer a Austria y en 1866 se unió al reino de Italia.
Venecia es hoy una magnífica ciudad-museo cuyo nombre evoca de inmediato mil fantasías. Una gran barcaza habitada y varada que se hunde imperceptiblemente con el paso del tiempo. La riqueza arquitectónica que la envuelve, su maravillosa artesanía del cristal y del bordado, y el hecho de destacar como relevante foco que alberga exposiciones, conciertos, congresos y todo tipo de manifestaciones artísticas, la han convertido en una urbe entrañable y acogedora a la que acuden visitantes de los cinco continentes ávidos por descubrir sus atractivos.

A LO LARGO DEL GRAN CANAL
La calle mayor veneciana -también llamada el Canalazzo- serpentea a lo largo de cuatro kilómetros flanqueada por una secuencia ininterrumpida de suntuosos palacios e iglesias.
PALACIO PESARO. Saliendo desde la estación de Santa Lucía y después de pasar por palacios como el Giovanelli y el lujoso Fondaco del Turchi se alcanza el Palacio Pesaro, obra de Longhena, que alberga el Museo de Arte Oriental, al margen de otras colecciones.
CA’ D’ORO. Para muchos es el edificio gótico veneciano más hermoso. En su interior se puede admirar la colección del Barón Franchetti.
SANTA MARIA DEI MIRACOLI. Adentrándose por la Strada Nova se descubre esta exquisita joya del Renacimiento construida por Pietro Lombardo entre 1481 y 1489. Está totalmente revestida de mármoles polícromos.
SANTI GIOVANNI E PAOLO. Algo más adelante, ya en el Castello, se alcanza esta animada plaza presidida por la estatua ecuestre de Colleoni y flanqueada por la fastuosa iglesia gótica de San Juan y San Pablo, que alberga el Panteón de las Glorias venecianas y numerosas pinturas de primer orden.
RIALTO. De vuelta al Gran Canal aparece el puente más famoso de toda Venecia y el único que antaño atravesaba el Canalazzo. Ahora cobija tiendas para turistas, y se ha transformado en un de los puntos más concurridos y fotografiados de la ciudad. En sus alrededores están los principales mercados venecianos.
SANTA MARIA GLORIOSA DEI FRARI Y SAN ROCCO. Dejando el Gran Canal se puede visitar la iglesia de los franciscanos, la mayor de la ciudad, que conserva, entre otros, “La Asunción” de Tiziano y un monumento funerario dedicado a este pintor que contiene su corazón. A pocos metros aparece el conjunto formado por la Scuola y la iglesia de San Rocco, famosa en todo el mundo por su impresionante conjunto de pinturas de Tintoretto.
PALACIO REZZONICO. Volviendo de nuevo al Gran Canal, aparece la elegante fachada de este edificio, comenzado por Longhena en 1667 que contiene el riquísimo museo de artes decorativas venecianas del siglo XVIII.
ACADEMIA. La Pinacoteca de la Academia está considerada como una de las mejores de Italia. En ella se pueden admirar obras maestras de todos los grandes nombres de la Escuela Veneciana desde el Treccento hasta el siglo XVIII.
CA’ GRANDE. Un espectacular palacio diseñado por Sansovino, actual sede de la Prefectura de Venecia, destacando por sus magníficos interiores.
MUSEO PEGGY GUGGENHEIM. Este museo, en el Palacio Venier de los Leones reúne una de las colecciones privadas de arte del siglo XX más importante de Europa.
SANTA MARIA DELLA SALUTE. Obra maestra de Longhena, del siglo XVIII, se ha convertido por su equilibrado y grandioso exterior, en uno de los edificios más conocidos y característicos de Venecia.

SAN MARCOS Y EL CASTELLO
San Marcos es algo más que una plaza, se trata de un símbolo de todo lo que representó el Estado Veneciano. El barrio del Castello es el más grande de los “sestieri” y ocupa toda la zona norte.
PLAZA DE SAN MARCOS. No sólo es el corazón de Venecia sino que también contiene uno de los conjuntos monumentales más importantes del mundo. Destaca la Basílica de San Marcos, con una espléndida colección de mosaicos bizantinos y con sus famosos caballos de bronce dorado. En el Palacio de los Dux se puede hacer un viaje a través de la Historia. Está decorado con gran esplendor por los principales maestros venecianos. Entre los museos que se pueden visitar en la misma plaza, destaca el arqueológico y el Correr, con una importante colección pictórica dedicada a Venecia. Tampoco hay que pasar por alto el Campanille, la torre del reloj, los leones, la Zeca, la biblioteca y, naturalmente, los conocidos cafés Florán, Lavena y Quadri.
PUENTE DE LOS SUSPIROS. Detrás de la plaza de San Marcos, en Riva degli Schiavoni, se descubre el lugar más legendario de la ciudad. En su interior, una misteriosa escalera conduce a las mazmorras del Palacio Ducal.
SAN ZACCARIA. Adentrándose en el Castello se llega al Campo y a la iglesia de San Sacaría, una de las más representativas del Renacimiento veneciano, donde se conserva la “Conversación Sagrada” de Bellini.
SAN GIORGIO MAGGIORE. Volviendo a la Riva degli Schiavoni se puede tomar un vaporetto a la isla de San Giorgio Maggiore o de los Cipreses, ocupada en gran parte por una magnífica iglesia que fue proyectada por Palladio y consagrada al santo de la isla. En su interior hay pinturas de Tintoretto, Carpaccio y Jacopo Bassano.
ARSENAL. De nuevo en la Riva degli Schiavoni, se llega al museo naval que contiene una copia del famoso Bucentauro (la nave del Dux) y algo más allá se llega a las puertas del Arsenal, donde se construyeron los cientos de naves que mantuvieron durante siglos el poder de Venecia.
SCUOLA DEGLI SCHIAVONI. Centro de la comunidad dálmata en la ciudad, merece ser visitado sobre todo a causa de la impresionante decoración interior, realizada por Carpaccio.
PINACOTECA QUERINI STAMPALIA. Curioso museo privado que alberga una rica colección pictórica y un exquisito jardín rehabilitado por el contemporáneo Carlos Scarpa.
SANTA MARIA FORMOSA. En la misma zona se encuentra una de las plazas más animadas y populares de Venecia, rodeada de palacios y con una esbelta iglesia.

LAS ISLAS DE LA LAGUNA
La visita a Venecia se puede completar con una escapada a alguna de las muchas islas dispersas por la laguna. Hay excursiones organizadas que incluyen en el mismo día Murano, Burano y Torcello, islas a las que siempre se puede llegar por libre y en pocos minutos en un vaporetto.
EL LIDO. A quince minutos de la plaza San Marcos se descubre un mundo distinto, aunque ya muy diferente del de los tiempos en los que la nobleza veneciana organizaba cacerías en los bosques del Lido. A pesar de todo, aún se pueden ver villas veraniegas, lujosos hoteles de playa, el Casino, el Palacio del Festival y extensos arenales, que se expanden en una franja de doce kilómetros de longitud por un máximo de cuatro kilómetros de ancho.
MURANO. A sólo diez minutos del centro de Venecia, se encuentra posiblemente la isla más interesante de la laguna, donde se reproduce en pequeño la estructura de la capital. Conocida en todo el mundo por sus talleres de vidrio soplado, aquí se inventaron los cristales ópticos. Cuenta con un magnífico museo dedicado a su principal industria y una espléndida iglesia románica: Santa María y San Donato.
TORCELLO. En los confines de la laguna, a una hora de Venecia, se descubre este remanso de paz presidido por un grandioso complejo religioso, último testigo del glorioso pasado de la isla, que quedó abandonada en el siglo XVI a causa de la insalubridad reinante. Los mosaicos de la catedral están considerados como una de las máximas expresiones del estilo veneto-bizantino.
BURANO. A sólo un cuarto de hora de la anterior, aparece esta isla multicolor y llena de vida, conocida por sus excelentes trabajos de encaje. Destacan sus sencillas casas populares en los colores más diversos. Aunque más modesta que Murano, sus canales y campos tienen un encanto único que la convierte en la isla favorita de muchos visitantes.
SAN MICHELE. También llamada “la isla de los muertos” al ser un cementerio que, como todo en Venecia, es diferente y espectacular. Ocultándose tras sus murallas rosas, a la sombra de los cipreses, resulta uno de los lugares más románticos de la laguna veneciana. Entre príncipes y grandes duques rusos reposan el compositor Stravinski y el famoso empresario de ballet, Diaghilev. También se puede encontrar la tumba de otros famosos, como la del poeta americano Erza Pound.
SAN LAZZARO. La isla favorita de Lord Byron ha sobrevivido intacta al paso del tiempo. Todavía alberga un monasterio armenio y sus monjes siguen al cuidado de la pinacoteca, de la antigua imprenta y de una riquísima biblioteca. El resto de la isla está ocupado por un inmenso y cuidado jardín donde se pasean los pavos reales en medio de una vegetación subtropical.
Descrita y ensalzada hasta el infinito, con frecuencia traicionada con metáforas un tanto incongruentes, Venecia es hoy una realidad urbana que a través de los siglos ha venido estimulando la imaginación hasta increíbles límites. Durante la época invernal, cuando la afluencia turística es menor y distinta, la ciudad se convierte en más apacible y acogedora para el visitante. Venecia adquiere entonces su aspecto más auténtico, siendo posible sumergirse en un ambiente que rezuma ese encanto medieval y de ensueño que la hace única en el mundo, no en balde creció entre el poder de Oriente y Occidente, circunstancia que ha condicionado su historia y su arte de un modo muy peculiar.
A la hora de realizar algunas compras, hay que considerar que en algunas callejuelas próximas a San Marcos pueden descubrirse tiendas de lujo de los grandes nombres de la moda, pero Venecia es conocida, sobre todo, por sus objetos de vidrio, bordados y máscaras. Muy interesantes los mercados cercanos al Rialto.
Desplazarse hasta la región del Véneto ofrece, asimismo, la oportunidad de conocer otras ciudades no menos interesantes como son Padua, Vicenza o Verona
Viajar a Venecia es tanto como hacerlo al mundo del arte y la fantasía, y supone, por supuesto, vivir un ambiente realmente romántico y maravilloso en el que hay que involucrarse para disfrutarlo.

(Ver interesante colección gráfica de este reportaje en GALERIA DE FOTOS)