Su nombre sabe a sueño.
Un sueño que invita a vivirlo desde sus playas de arena fina, su mar azul
turquesa y profundo, su paisaje de verdes y sienas, sus pueblos de piedra, su
gastronomía plena de sabores y olores, su historia como amalgama de
civilizaciones.
Esta isla del
Mediterráneo tiene algo indefinible, misterioso y encantador que todos aquellos
que la conocen sienten como se les va impregnando en la piel y los sentidos.
Quizás sea por eso, porque Mallorca es un sueño. Tiene la arrogancia de saberse
bella y la humildad del saber que el tiempo todo lo moldea.
Se muestra abierta a
todo el que viene, pero sabe guardarse retazos escondidos para aquellos que con
más sosiego y calma quieren sumergirse en ella y participar de ella. Porque
sabe dar a cada uno lo que necesita y busca.
UN PRIVILEGIO SURGIDO DEL MAR
Desde un norte abrupto y
escarpado, cruzado por la
Sierra de Tramontana, donde se alza su punto más álgido, los 1.445 metros del Puig
Major; hasta un sur, liso y sedoso transformado en arena blanca que se sumerge
en un fondo de aguas claras, Mallorca es diversidad en su entorno natural, su
gente y su cultura.
La isla mantiene un
clima templado, para ello el sol se ha convertido en su mejor aliado y brilla
con luz especial más de 300 días al año, media superior a las cinco horas en
invierno y más de diez en verano. Esas 2.400 horas de sol anuales permiten que
el agua que baña sus costas también mantenga una temperatura que oscila, como
media, entre los 11º durante los meses más fríos y los 26º en los más
calurosos.
Cinco son sus
principales áreas geográficas, cada una con personalidad diferenciada, pero con
rasgos comunes, todas ellas tan atractivas como seductoras.
Tramontana, una diagonal
en la cornisa norte, desde Andratx hasta Formentor. En ella se encuentran
pueblos de montaña tan sugerentes como Valldemosa, Deiá, Banyalbufar o Sóller.
Al pie de la sierra y de
camino al llano, Es Raiguer, integrada por once municipios que guardan en su
interior el encanto y el carácter de antaño. En el llano, el Pla, tierra de
antiguos agricultores y ganaderos, pervive entre sus campos la tradicional
arquitectura de sus “possessions” y sus raíces como pueblo.
El Migjorn, el sur, está
envuelto en el tono ocre de una tierra de arenisca que posee algunas de las
playas más bellas de toda la isla.
En el vértice
nororiental, el Llevant, donde el paisaje se muestra como un verdadero juego de
la imaginación en el que se conjugan montaña, llanura y playa.
En Mallorca, una tierra
antaño codiciada por las más variadas civilizaciones, en la actualidad se dan
cita cada año más de siete u ocho millones de personas. Y todas son bien
recibidas. Más de 300.000 plazas de alojamiento de distintas categorías,
restaurantes, cafeterías, centros de ocio y compras… Porque esta isla no
defrauda, tiene siempre algo que ofrecer. Tanto al defensor de “no hacer nada”
tumbado al sol, como al amante de la naturaleza que busca conocer la flora y
fauna, o para aquél que busca entre las calles y los edificios un pasado de historia
y arte. Abierta al mundo.
PALMA, LA
CAPITAL
Ubicada en la parte
occidental del mar Mediterráneo y al suroeste de la isla de Mallorca, a unos 250 kilómetros al
este de la península ibérica. Su término municipal ocupa una extensión de 208,63 kilómetros
cuadrados que se extienden entre la
Sierra de Na Burguesa y el Prado de Sant Jordi. La ciudad
está situada en el centro de la bahía de Palma, a unos trece metros de altura
sobre el nivel del mar.
La población de Palma es
de unos 421.708 habitantes aproximadamente. Palma de Mallorca es la octava
mayor ciudad de España por población y la primera de las Islas Baleares. Fue
fundada con el nombre de Palma por el cónsul romano Quinto Cecilio Metelo
Baleárico en el año 123 a.C.
Se estima que su asentamiento actual corresponde posiblemente con las ruinas
romanas que se encuentran bajo su casco histórico. Luego de otras conquistas
por parte de los vándalos y por los árabes en el 903, fue finalmente
conquistada por el rey Jaime I de Aragón el 31 de diciembre de 1229,
convirtiéndose en la próspera Ciutat de Mallorca capital de su propio reino,
que decayó tras su incorporación a la
Corona de Aragón en 1279. En 1715 entraron en vigor los
Decretos de Nueva Planta, recuperando la ciudad su topónimo romano, Palma.
La ciudad sorprende por
sus innumerables lugares de interés para visitar, entre otros: los Baños
Árabes, uno de los pocos restos conservados de la arquitectura musulmana; La Seu, estandarte de Palma, con
el retablo cerámico realizado en la capilla del Santísimo de la Catedral de Palma por el
artista mallorquín Miguel Barceló, es sin duda una intervención artística de
primer nivel. El castillo de Bellver, singular por su construcción de planta
circular; la Lonja
(construida entre los años 1426 y 1448), claro exponente del gótico civil
catalán o el Palacio Real de la
Almudaina y su museo, de origen romano. Además, el barrio
gótico, con sus calles serpenteantes, alberga singulares patios en casas
señoriales, de los que hay más de sesenta. La Fundación Pilar i Joan Miró, el
Casal Solleric y Es Baluard son algunos de los interesantes museos, casas museo
o galerías de arte con las que Palma complementa su riqueza patrimonial.
Existen rutas guiadas
oficiales en diferentes idiomas que, partiendo del emblemático olivo de la
plaza de Cort, proponen diferentes recorridos a pie que durante dos horas
muestran diversos aspectos del patrimonio del centro histórico de Palma.
La ciudad de Palma
cuenta con cinco playas: Can Pere Antoni, Ciutat Jardí, Cala Estancia, Platja
de Palma y Cala Major. El Parque Natural de Cabrera, perteneciente al
municipio, cuenta con numerosas calas y una playa de arena en su litoral que
aún conserva intacta su maravillosa belleza.
Palma de Mallorca,
reconocida y valorada como referente de Europa del turismo de sol y playa, es
también un destino turístico ideal para el llamado city break, una ciudad dinámica, alegre, cosmopolita, un destino en
definitiva muy atractivo para los 365 días del año y no exclusivamente durante
los meses de temporada alta.
La capital mallorquina
cuenta con una oferta de calidad, imaginativa y diferenciada. Muestra de ello
es la oferta cultural, que cuenta con actividades de carácter internacional que
se celebran a lo largo del año, tales como Art Brunch, la conocida Nit de l’Art,
Palma Photo, Festival de
Música, etc. Además, en Palma se dan cita eventos deportivos tan destacados
como la Palma
de Mallorca Maratón y la regata de la
Copa del Rey de vela, un lujo con el que no cuenta ninguna
otra ciudad.
ALCÚDIA : UN DESTINO ATRACTIVO
Situada al nordeste de
la isla, forma una península que separa las bahías de Alcúdia y Pollença.
Cuenta con una gran extensión costera con playas de fina arena y transparentes
aguas, amén de numerosas calas de gran belleza.
Sentirse como en casa,
con la comodidad y las ventajas de una atención personalizada, está al alcance
del visitante en Alcudia dado que para mejorar la experiencia y satisfacción
del turista, fue uno de los primeros municipios de Mallorca que implantó el Sistema
Integral de Calidad Turística. Año tras año, se han adherido más entidades:
hoteles, restaurantes, empresas de náutica, museos, comercios… todas
comprometidas con la calidad turística del municipio y con la mejora continua
del establecimiento, proporcionando un servicio adecuado a las necesidades de
cada visitante.
Alcúdia es una ciudad
que ha logrado mantener el equilibrio entre el desarrollo de servicios
turísticos, el cuidado de su impresionante patrimonio histórico-cultural y la
conservación de los espacios naturales que la rodean. Es un tesoro en el
Mediterráneo del que disfrutan tanto residentes como visitantes.
El concepto de Municipio
Eco-turístico (1992) se ha afianzado a lo largo del tiempo y su compromiso de
armonizar el progreso con el entorno e impulsar la sostenibilidad de los
recursos se mantiene intacto. La mayor parte del territorio son zonas
protegidas con una singular flora y fauna autóctona. Su costa, los montes y
marismas, hacen que todo el municipio se convierta en una incesante sorpresa
natural.
El transcurrir de los
siglos y diversas civilizaciones han dejado huella en su territorio, en sus
costumbres y en sus habitantes. Uno de los elementos más representativos y
mejor conservados es la ciudad medieval donde la muralla mantiene su trazado
original. Su encanto invita a recorrerla y conocer los pintorescos rincones que
se ocultan tras ella.
ANDRATX : UN ENCLAVE MUY ESPECIAL
Situado en el extremo
suroeste de la Sierra
de Tramontana, Andratx es uno de los destinos más atractivos gracias a su gran
diversidad; sus hermosas playas, su puerto y su amplia oferta gastronómica
hacen de este lugar un sitio que no pasa nunca desapercibido.
Tierra y mar. Andratx
ofrece una diversidad paisajística del más alto nivel, desde sus impresionantes
paisajes de montaña y acogedores valles en el interior, hasta un litoral
escarpado y espectacular, con pequeñas calas y playas de arena fina que invitan
a un baño refrescante en sus aguas azules y cristalinas.
Son muchas las
posibilidades que presenta a la hora de disfrutar de la naturaleza y del
deporte. Se pueden descubrir rincones de gran belleza a través de interesantes
excursiones a pie y rutas en bicicleta, aprovechar las modernas instalaciones
deportivas para la diversión de toda la familia o disfrutar de un día de golf,
practicar todo tipo de deportes náuticos o simplemente nadar.
La oferta hotelera y de
restauración es de gran calidad y una de las mejores de Mallorca. Hoteles,
hostales y agroturismo son las distintas opciones que se pueden elegir en Andratx
para pasar unas buenas vacaciones. También son muchos los restaurantes, tanto
en la costa como en el interior, donde probar la más variada cocina nacional e
internacional, sin olvidar la especialidad de la gastronomía de Andratx: el
pescado.
Al margen de las
interesantes playas de Cala en Basset, Es Carregador, Sa Platja Gran, Cala Es
Conills o Cala Fonoll, existen otros muchos atractivos. Desde Andratx se puede
visitar el castillo de Sant Elm, el islote de Sa Dragonera, declarado Parque
Natural en 1995 y que fue utilizado a lo largo de su historia por corsarios,
piratas y contrabandistas. Es el islote más grande de Mallorca, con una
longitud de 4,2
kilómetros. Se encuentra a unos 700 metros de la costa
mallorquina y está separado de Sant Elm por el canal des Freu.
La Reserva Natural de la
Trapa, recibe este nombre a raíz de la presencia de los
monjes trapenses, quienes se establecieron en el valle hacia el año 1810, y es
una finca situada en el extremo sudoeste de la Sierra de Tramontana.
ARTÁ : UNA MARAVILLA NATURAL
Todos los mundos caben
en un solo mundo. La diversidad en todas sus facetas, es lo que el visitante
puede encontrar en éste término municipal de la zona de Levante de la isla.
Artá se halla en el centro de esta península que por un lado cierra la bahía de
Alcudia y por otro lado mira orgullosa el canal de Menorca.
Marcado por una dilatada
historia, cubre su paisaje por los elementos patrimoniales que lo caracterizan
(grandes y soberbios talayots,
reliquias hidrográficas de la
Mallorca musulmana, pequeñas iglesias tardo románicas…) Todo
ello diseminado por un territorio buena parte del cual es Parque Natural, en
donde se puede caminar por agrestes montañas a través de pinares y encinares,
por playas desiertas de fina arena blanca…
La costa de Artá, con
veinticinco kilómetros de longitud, conserva todavía su estado natural y ha
quedado preservada de las urbanizaciones. Destacan la playa y la formación
dunar de Sa Canova, el llano costero de la Colonia de Sant Pere, los altos acantilados del Cap
de Ferrutx, refugio de algunas de las especies más raras de la flora y la fauna
isleñas, como la
Paeonia Cambessedesii, el águila pescadora o el halcón
peregrino y, finalmente, toda una serie de calas pequeñas con playas de arena
que van desde s’Arenalet d’Albarca hasta Cala Torta.
En Artá resulta
interesante realizar una ruta a pie desde la antigua estación del tren al
castillo de San Salvador, una visita al Museo Regional, así como al conjunto
histórico de San Salvador, la iglesia parroquial de la Transfiguración
del Señor, el paseo y puerto deportivo de la Colonia de San Pere y el Parque Natural de
Llevant.
CAMPOS : UNO DE LOS MUNICIPIOS MEJOR CONSERVADOS
En el año 1300, el rey
Jaime II fundó la villa de Campos, situada al sur de Mallorca y que presume de
ser uno de los municipios mejor conservados de la costa mallorquina.
Dispone de bellezas
naturales como las playas de Es Trenc, Ses Covetes y Sa Ràpita, y
construcciones humanas de un gran atractivo como el Oratorio de San Blas o el
antiguo convento del “Minims”.
Gastronómicamente, los
hornos de Campos, son conocidos por toda la isla por su pan de payés y las
famosas ensaimadas, así como los restaurantes de cocina mallorquina y de autor.
Son numerosos los agroturismos de este pueblo, huertos de cultivo reconvertidos
en casas o pequeños hoteles rurales con encanto.
Campos cuenta con el
único centro termal de Baleares, los Baños de San Juan de la Font Santa con
alojamiento y spa. También es
destacable y conocido el puerto deportivo de Sa Rápita, el Club Náutico, escala
internacional de la zona sur de Mallorca y de la isla de Cabrera.
Como edificios
emblemáticos es necesario reconocer el antiguo Oratorio de San Blas, la iglesia
de Sant Juliá y la iglesia del Convento y los edificios municipales de la
iglesia del antiguo hospital de Campos (auditorio municipal), el Casal de Sant
Pere Ignasi (punto de desarrollo local y cultural), el edificio cultural
polivalente es “Ca ses monges
franciscanes” (archivo, biblioteca, etc.). También se pueden realizar rutas
urbanas para observar edificios señoriales y casas particulares del pueblo,
especialmente la casa de la
Rectoría y el edificio modernista de Cas Sant.
La costa campanera, se
extiende desde las rocas de Sa Ràpita hasta la playa de Els Estanys. Las playas
más conocidas son: el extenso arenal virgen de Es Trenc, arenal de Sa Rápita,
Ses Covetes y la playa del Freu. Todas ellas de arena fina y blanca, y de aguas
transparentes de color turquesa.
El Salobrar de Campos.
Más de 1500 hectáreas
de espacio protegido con gran número y variedad de especies ornitológicas y
flora destacada. Comprende la playa de Es Trenc, las dunas posteriores
paralelas a la costa, las salinas y tierras de cultivo.
CALVIÁ : DONDE DISFRUTAR DE LA NATURALEZA
El municipio de Calviá,
situado en la parte occidental de Mallorca, lo tiene todo para gozar de unas
vacaciones inolvidables. Costas escarpadas, impresionantes fondos marinos,
islotes vírgenes y playas de aguas transparentes que forman parte de un paisaje
que ha nacido y crecido en contacto con el mar.
Y es que Calviá es el
único municipio balear que ostenta la
Q de calidad en tres
de sus playas: Palmanova, Peguera y Santa Ponça, a las que hay que sumar las
banderas azules con las que cada año se distingue a los arenales del municipio
e igualmente playas accesibles para aquellas personas con alguna discapacidad
física, como es el caso de Palmanova, Son Maties (Magaluf), Santa Ponça o El
Toro.
Al indudable atractivo
turístico que suponen las playas y la gran cantidad de actividades náuticas y
relacionadas con la práctica deportiva en el mar que pueden disfrutar los
turistas que visitan Calviá hay que añadir que en estos últimos años el
municipio también se ha convertido en un referente para todas aquellas personas
amantes del deporte en general y la naturaleza.
Más de un centenar de
caminos atraviesan el municipio conectando las sierras y el valle. Adentrarse
en las montañas de Calviá y descubrir lugares que siguen conservando todo su
encanto, atalayas desde las que observar el Mediterráneo y bosques por los que
perderse puede constituir toda una pequeña aventura. En este sentido, la Finca Pública
Galatzó, con sus más de catorce millones de metros cuadrados dominados por el
Puig de Galatzó (1.026
metros), abre un rincón de infinitas posibilidades a
turistas y residentes, como senderismo, rutas a caballo, excursionismo,
yacimientos arqueológicos, bicicleta de montaña, etc.
A su patrimonio natural,
cultural y de ocio, Calviá añade una prestigiosa infraestructura hotelera y una
completa oferta complementaria. Y es que, con sus alrededor de 65.000 plazas
hoteleras, Calviá se ha erigido en un destino turístico de referencia en el
Mediterráneo.
CAPDEPERA : UNA LOCALIDAD CADA VEZ MÁS IMPORTANTE
Capdepera es un
municipio situado en el levante mallorquín con múltiples opciones vacacionales.
Cuenta con 4 núcleos de población costeros: Cala Rápita, Cala Mesquida, Font de
Sa Cala y Canyamel y un núcleo de población interior: Capdepera.
Aunque existen importantes
restos de la época talayótica, tales
como el establecimiento de “Claper des Gegants”, su historia comienza en el año
1300, cuando el rey Jaime II ordenó la fundación de la ciudad de Capdepera, que
comenzó con la construcción de una iglesia rodeada de un muro, en cuyo interior
están las casas de los moradors de la
ciudad. Tanto la iglesia y la pared y sus torres se conservan en buen estado y
son uno de los históricos más importantes de la isla de Mallorca y, sobre todo
en la región de Levante.
Poco a poco el pueblo se
fue expandiendo fuera de las murallas y, en el siglo XIX, se estableció como un
municipio independiente, específicamente en 1858, cuando de forma definitiva se
independizó de los municipios vecinos. Fue cambiando la vida y la economía de
la sociedad gabellina. Cala Rajada
pasó de ser un pequeño pueblo pesquero a convertirse en una localidad de
veraneo cada vez más importante. A mediados del siglo XIX se había construido
el faro en uno de los lugares más bellos de la ciudad, desde donde se puede ver
todo el valle de Capdepera e, incluso en días claros Menorca. Cala Rajada poco
a poco se convirtió en un lugar privilegiado donde se puede pasar el verano. De
hecho, a principios del siglo XX algunos de los más ricos propietarios de la
zona comenzaron en Cala Rajada y son de aquella época algunas construcciones
como: des Carregador, el paseo de Colón o el Palacio de la familia March.
El municipio sorprende
al visitante con la agradable sensación de quietud en el tiempo. Durante la
época estival la oferta de ocio y entretenimiento se combina con playas limpias
y aguas cristalinas.
Hay que destacar las
fiestas patronales en los meses de julio y agosto, al lado de la Muestra de la Llampuga, (finales de
septiembre, principios de octubre). Una fiesta gastronómica dedicada a este
pescado y a sus posibilidades.
Reconocido prestigio
también tiene la celebración del mercado medieval en el mes de mayo, ya que
tiene lugar en el marco incomparable de un auténtico castillo del siglo XIV que
preside el casco viejo del pueblo de Capdepera. En el entorno se puede visitar
diferentes restos arqueológicos de la era talayótica
o bien conocer la torre de raíces bien conservada árabe de Canyamel, asimismo
se puede disfrutar de la observación ornitológica de la zona húmeda del
torrente de la misma localidad, sin olvidar las famosas cuevas de Artá…
El contraste entre mar y
montaña ofrece como alternativa al bullicio de los meses estivales la
posibilidad de gozar de unos paisajes privilegiados que invitan a todo tipo de
actividades en plena naturaleza, senderismo, rutas ciclo-turísticas, ecuestres
y prácticas deportivas como el golf, tenis, atletismo, salir a navegar, etc.
El ambiente sosegado de
un puerto marinero, las playas tranquilas, la fuerza de los bosques del
entorno, convierten Cala Rajada, Cala Gat, Capdepera, Canyamel, Cala Mesquida y
Font de Sa Cala en un lugar idóneo para visitar y divertirse.
Nuestra ruta por la isla
de Mallorca continuará en el próximo número de TIEMPO DE VIAJAR a través de lugares tan interesantes como la
Colonia de Sant Jordi, Felanitx, Inca, Llucmajor, Manacor, Muro, Pollença…
rincones de singular belleza y con múltiples atractivos. El mes de septiembre sigue siendo de pleno verano a
orillas del Mediterráneo.
(Ver interesante
colección gráfica de este reportaje en GALERIA DE FOTOS)