G R O E N L A N D I A



EL GIGANTE BLANCO

Su nombre en groenlandés es Kalaallit Nunaat y está ubicada en la zona nororiental de América del Norte, entre los océanos Atlántico y Glacial Ártico. Más del 84% de los dos millones de kilómetros cuadrados de su superficie está cubierta de hielo y se la considera como la isla más grande del mundo.
En una estrecha franja situada entre el mar y el amenazante hielo del interior viven alrededor de unos 60.000 seres humanos. Nadie sabe a ciencia cierta qué tesoros oculta la capa helada de varios kilómetros de espesor. La isla sigue siendo todavía, en doble sentido, una “mancha blanca” del globo terráqueo. Sin embargo, por su enorme extensión Groenlandia es un auténtico coloso blanco.
Descubierta, según se cree, por Eric el Rojo, un marino y explorador de origen noruego, hacia el año 982, su evangelización se inició en el siglo XI y en 1261 quedó bajo soberanía noruega. Abandonadas las colonias europeas, los nativos inuit fueron los únicos habitantes del territorio hasta el siglo XVI. Los navegantes europeos Frobisher y John Davis (siglo XVI) visitaron la isla sin encontrar descendientes de los antiguos colonos.
Dos siglos después llegaron pobladores daneses, quienes se asentaron en el oeste de la isla y fundaron Godthab, llamada actual Nuuk.
En 1953 dejó de ser colonia danesa, ya que se convirtió en territorio del reino de Dinamarca, y en 1979 obtuvo la autonomía interna, con gobierno y asamblea legislativa propios. Este traspaso de competencias provocó que en 1985 Groenlandia abandonase la Unión Europea, después de haber entrado en 1973 junto con Dinamarca, por lo que sería, técnicamente, el único país en la historia que ha abandonado la UE después de su ingreso, junto con Noruega.
El 25 de noviembre de 2008 aprobó la ampliación de su estatuto de autonomía mediante un referéndum sobre su autogobierno que le otorga mayores recursos económicos, el control de sus recursos petrolíferos, y la posibilidad de acogerse al derecho de autodeterminación.

LA TIERRA DE LOS INUIT
La prehistoria de Groenlandia está basada en una serie de repetidas olas de inmigración paleo-esquimal o inuit provenientes de las islas septentrionales de Norteamérica. Siendo uno de los lugares geográficos más extremos de la extensión cultural de estos pueblos, sus vidas se encontraban en constante peligro y las culturas nacieron y murieron con el paso de los siglos.
Es un consenso de los historiadores que, después del colapso de la cultura dorset primitiva, la isla permaneció deshabitada durante varios siglos.
Groenlandia tiene una pequeña población de alrededor de 60.000 habitantes, de los cuales un 87% es del grupo groenlandés, una mezcla de las razas inuit y de europeos.
Inuit es un nombre común para los distintos pueblos esquimales que habitan las regiones árticas.
La palabra esquimal ha caído en desuso en Canadá, donde oficialmente sólo se utiliza inuit. En Alaska y Siberia los pobladores yupik se siguen llamando esquimales, mientras que en Groenlandia se usan ambos términos.
Los inuit tienen sus orígenes en Siberia, al noreste de Asia. Sus antepasados esquimo-aleutianos cruzaron el estrecho de Bering y se asentaron también en Norteamérica. Hacia el año 1000 surgió en Alaska la cultura Thule, origen del pueblo inuit, que se extendió rápidamente hacia el oriente, a lo largo de la región del Ártico. Los inuit llegaron a Groenlandia hacia el 1300 sustituyendo a la cultura dorset en todo el territorio que ocupaba el norte de la línea arbolada del Ártico, con excepción de la isla Coats y algunas islas vecinas en la bahía de Hudson. Han soportado la vida en el Ártico durante miles de años y tienen una gran experiencia para poder sobrevivir en el hielo. Viven en las tundras y desarrollan una vida nómada, siguiendo las migraciones de los animales que cazan, entre los cuales pueden destacarse los caribúes, ososo, ballenas y focas. De estos y otros animales aprovechan todas las partes posibles para alimentarse, abrigarse, construir viviendas y herramientas para cazas.
El perro de trineo tiene un papel importante en la vida inuit. Sobre la nieve o el hielo, un equipo de perros arrastra el qamutik, un trineo hecho de madera, huesos de animales, barbas de la boca de la ballena e incluso pescado congelado.
Los inuit están organizados en grupos familiares y cada miembro tiene una tarea asignada. Actualmente, debido al fuerte proceso de globalización, se está produciendo un cambio en las formas de vida originarias, aunque siguen practicando algunas de sus costumbres más tradicionales, como la caza de focas.
Los pueblos inuit tienen una rica mitología que se transmitió de forma oral y da cuenta de sus tradiciones y del origen del mundo que habitan. La religión inuit tiene principios animistas y chamanistas. Los animales tienen un alma y el cazador debe celebrar un breve rito cuando muere para que su alma vaya al mundo no terrenal. Las personas cuando mueren van al cielo o al infierno, pero una parte de su alma pasa a un pariente recién nacido.
Durante nueve meses al año, tras las montañas y el interminable hielo del interior de la isla, el cielo ofrece sólo un poco de claridad por escasos minutos, para volver inmediatamente a dar paso a la oscuridad nocturna y al frío paralizante. Es una temporada dura y monótona para los groenlandeses, durante la cual la televisión es el único consuelo en medio de la noche ártica. Se reúnen al calor del hogar para contarse historias, dentro de unas casas muy limpias de aspecto triste y extraño que, sólo cuando vuelve a lucir el sol, ofrecen un colorido tan pintoresco, emplazadas en pequeñas colinas, que parecen como si fueran de juguete. Entonces, cuando el sol brilla noche y día, es cuando los groenlandeses pueden dedicarse de nuevo a sus actividades con toda tranquilidad a fin de ganarse el sustento: la caza de focas y ballenas. ¿Con toda tranquilidad? Desde las tierras continentales siempre se oyen las voces amenazadoras de los protectores del medio ambiente. Ahora bien, éstos no saben que, con su exigencia de que se prohíba la caza de focas, condenarían a todo un pueblo a morir de hambre.
Sin embargo, quizás en un futuro no muy lejano (nadie lo sabe ni puede afirmar lo contrario), Groenlandia, el gran coloso helado, llegue a convertirse en un gigante en todo el sentido de la palabra gracias a la explotación de las ocultas riquezas de su subsuelo.
El danés y el groenlandés son los idiomas hablados por la población que se concentra en las costas, especialmente al suroeste donde se asienta Nuuk, la capital. La mayoría de la población son cristianos evangélicos luteranos, por la influencia danesa. El interior de la isla está deshabitado.
Las ciudades más pobladas son Nuuk, la capital (18.000 habitantes aproximadamente), seguida de Sisimiut con unos 6.000, Ilulissat con unos 5.000 y Aasiaat con unos 3500.
El groenlandés es el idioma de la mayoría de los habitantes, hablado por unas 50.000 personas, mientras que el danés es hablado por una minoría de origen europeo y se usa generalmente en asuntos administrativos. Ambos son los principales idiomas hablados.

GEOGRAFÍA
El océano Atlántico bordea Groenlandia por el sur, el mar Groenlandés limita el país por el este; el océano Glacial Ártico por el norte y la bahía de Baffin en el oeste. Los países más cercanos son Canadá, al oeste de la bahía de Baffin, e Islandia, separada de Groenlandia por el océano Atlántico.
El Parque Nacional más extenso del mundo se encuentra en esta isla. La propia Groenlandia está considerada como la segunda isla más extensa del mundo, por detrás de la que forma el continente australiano.
Con exactamente 2.522.000 kilómetros cuadrados, cerca del 80% de su territorio (2.106.000 km2.) está cubierto de hielo, por lo que constituye la segunda reserva del Planeta, por detrás del existente en la Antártida.
Por otra parte, la superficie libre de hielo, alrededor de 416.000 kilómetros cuadrados, es mayor que la de Japón, con una baja densidad poblacional. El volumen del indlandsis (capa de hielo) y la banquisa de hielo (capa de hielo flotante) es de aproximadamente 2.860.000 kilómetros cuadrados, que en caso de derretirse sería capaz de elevar el nivel del mar unos siete metros.
A finales del 2013 se descubrió que bajo la capa de hielo, al menos en su zona sudeste, un enorme acuífero (que parece tener un área semejante al de la isla de Irlanda, es decir unos 85000 km2) de agua líquida debida a la presión que la calota glacial ejerce sobre las aguas que, aún bajo los 0º C, se mantienen así en estado líquido.
Todas las ciudades y pueblos de Groenlandia se encuentran en la costa oeste que está libre de hielo. La zona noreste está ocupada por el Parque Nacional del Noreste. Hay al menos cuatro expediciones científicas y campamentos establecidos en el centro de la isla. Actualmente hay, además, una estación rotativa anual. La estación de radio Jorgen Bronlund Fjord era, hasta 1950, la estación permanente más septentrional del mundo.
El extremo norte de la isla, la Tierra de Peary, no está cubierta por un manto de hielo, porque (como en el centro de la Antártida) el aire es demasiado seco para producir nieve, que es esencial en la producción y mantenimiento de la banquisa de hielo.
Entre 1989 y 1993, investigadores  europeos y estadounidenses taladraron el hielo de Groenlandia, obteniendo muestras de tres kilómetros de largo del núcleo de hielo. El análisis químico y físico de las muestras revolucionó el registro climático que se tenía hasta la fecha, consiguiendo datos de hace 10.000 años y demostrando que la Tierra había sufrido previamente cambios climáticos, y que el cambio climático actual es poco común. También se ha descubierto que la pérdida de glaciares en Groenlandia está elevando el nivel de los océanos más rápido de lo que se pensaba. Entre 1991 y 2004, una estación localizada en Swiss Camp observó que la temperatura media del invierno había ascendido desde los -6º C hasta los 0º C.

ECONOMÍA
Groenlandia sufrió una contracción económica a principios de los años noventa, pero desde 1993 la economía ha mejorado constantemente. El gobierno ha seguido una firme política fiscal desde finales de la década de 1980, lo cual ha ayudado a crear excedentes en el presupuesto público además de una baja inflación.
Desde 1990 la región autónoma ha registrado un déficit en el intercambio económico con el exterior, seguido del cierre de la última y principal mina de zinc en 1990.
La economía depende básicamente de la pesca y de la exportación de pescado. La exportación de camarón es la mayor fuente de entrada de divisas, junto con la emisión y venta de sellos postales.
La explotación de yacimientos de rubí comenzó en el 2007. Los planes para otros proyectos mineros son prometedores en la medida que los precios internacionales de los minerales aumentan. Existen planes para extraer hierro, aluminio, platino, tungsteno, titanio y cobre.
Recientemente se han identificado reservas de petróleo en las aguas costeras, comparables a la mitad de las reservas del mar del Norte.

UN MUNDO DE AVENTURA
Las rigurosas temperaturas y los hielos permanentes no pueden arredrar, sin embargo, al posible visitante. En Groenlandia pueden vivirse increíbles y apasionantes experiencias.
Este país es un auténtico paraíso para el viajero y verdadero amante de la fotografía de la naturaleza, no en balde se trata de una de las últimas fronteras del mundo “civilizado”. Dicho de otra manera, es el destino para el viajero que ansía la aventura.
Viajar a Groenlandia a partir del mes de septiembre es casi una garantía para contemplar las auroras boreales, uno de los fenómenos más espectaculares que ofrece la naturaleza. Además, puede disfrutarse de un cálido baño en las aguas termales de Uunatoq y a la vez poder contemplar las maravillosas panorámicas de los icebergs flotando en las frías aguas del fiordo, sin olvidar una visita al pintoresco poblado de Alluitsup y durante la travesía avistar las ballenas que acompañan en el recorrido. Algo realmente impresionante.
Recomendable visitar Narsaq, pequeña población del sur, arrinconada en uno de los fiordos y con montañas impresionantes y verdes valles. Y frente a Narsaq contemplar las antiguas ruinas de los pobladores vikingos que vinieron con Eric el Rojo, el azul intenso del cielo y  el mar lleno de témpanos frente a una bahía que rezuma magia y misticismo.
Groenlandia es un destino accesible pese a lo que pueda creerse, donde puede vivirse una experiencia inigualable. Navegar entre témpanos gigantes y azules de hielo primitivo, avistar ballenas y focas o caminar con crampones sobre frentes glaciares de miles de años. Un viaje insólito que suele convertirse en una aventura bella y apasionante.

(Ver interesante colección gráfica de este reportaje en GALERIA DE FOTOS)