REPÚBLICA DOMINICANA (COSTA ATLÁNTICA)


Cuando se descubre el color del mar de un intenso azul y el blanco de la arena de las playas de la costa Norte, el sabor de los zumos y de la comida criolla, de la piña colada o del ron en una tarde de intenso calor, el viajero suele experimentar una explosión de los sentidos capaz de llevarle hasta unos límites indescriptibles.

LA AVENTURA DE PUERTO PLATA
En 1493, Colón dio a esta ciudad su nombre, que hace referencia  al tornasolado color que adquiere su bahía a la luz de la noche y donde existen más de once kilómetros de largas y preciosas playas de espesa vegetación.
Este lugar fue el escenario en el que se desarrollaron los primeros y más importantes acontecimientos del Descubrimiento de América. Primer desembarco, la construcción del Fuerte de la Navidad con restos de la carabela Santa María, la fundación de la primera ciudad en el Nuevo Mundo, después el segundo viaje de Colón y mucho más.
Puerto Plata es la capital de la llamada Costa del Ámbar en la que se encuentra esta resina de pino fosilizada de la época del Terciario en grandes cantidades y se extrae en minas. Los hallazgos ambarinos pueden admirarse en un museo, donde también pueden adquirirse artículos elaborados en ámbar. La ciudad es ya una perla en sí, con edificios en estilo victoriano, casas de madera pintadas en alegres colores, preciosos balcones y un malecón en el puerto lleno de actividad.
A unos cincuenta kilómetros al oeste de Puerto Plata y en el Parque Nacional La Isabela, a los pies de una escarpada montaña, se encuentra el lugar en el que Cristóbal Colón fundó el primer asentamiento y le puso el nombre de La Isabela, en honor de la reina española Isabel I de Castilla, Isabel la Católica.
Se trata de la primera colonia europea del Nuevo Mundo, el primer muelle portuario y el primer cementerio cristiano, así como la primera iglesia en la que se celebró una misa cristiana. El centro histórico está dividido en tres zonas: el área militar o fortaleza con restos de la Casa del Almirante, el almacén, la iglesia y el cementerio; la primitiva área del puerto y la de los primeros pobladores indígenas, en donde se han llevado a cabo hallazgos precolombinos.
El Paseo de los Hidalgos es el primer camino que los conquistadores recorrieron tras su desembarco en la isla.
La fortaleza de San Felipe es uno de los edificios más antiguos del Nuevo Mundo y un ejemplo para la arquitectura militar de aquella época. La fortaleza edificada en el siglo XVI sobre una pendiente, protegía la entrada del puerto y fue construida para la defensa contra los piratas y los bucaneros. En su interior se encuentra un museo y el calabozo en el que estuvo preso Pablo Duarte, “padre de la patria”.
Al parque Monte Isabel de Torres se puede subir con teleférico y admirar desde allí la magnífica vista panorámica. En el punto más elevado se halla la estatua de Cristo Redentor y el Jardín Botánico.
Otros puntos de interés son el museo del Ámbar, donde se muestra una fantástica colección de piezas de ámbar. La destilería de ron Brugal que es una de las más antiguas y en ella se elaboran los diferentes tipos de ron de la más alta calidad del país, así como el Malecón y la playa de Long Beach. El Malecón tiene cinco kilómetros de longitud, comienza en la fortaleza de San Felipe y finaliza en la famosa playa de Long Beach, pequeñita y con una arena dorada y brillante.
Ocean World (Cofresí) es un parque temático en el que pueden contemplarse delfines, leones marinos, tiburones, tigres de Bengala, pirañas y toda clase de pájaros tropicales. Hay 24 cascadas y un acuario. En él se ofrecen espectáculos al aire libre, se puede también bucear y dar de comer a algunos de los animales.
Sosúa es un precioso lugar a unos 16 kilómetros de Puerto Plata. Se trata de una ciudad hospitalaria en la que conviven dominicanos e inmigrantes europeos que buscaron aquí refugio durante la Segunda Guerra Mundial. Dispone de hoteles confortables, restaurantes con buena cocina y animadas discotecas. Posee una playa de un kilómetro de largo y todo lo que el corazón de los buceadores y los apasionados a los deportes náuticos puedan ansiar. También es famosa por su artesanía (cuero, cerámica, madera, collares, pinturas) y en ella se celebra anualmente el Festival Internacional de Jazz.
Cabarete se encuentra a sólo diez minutos de Sosúa y tiene algunas de las mejores playas para los aficionados al windsurf y al kitesurf. La combinación entre la ausencia de colinas y la disponibilidad de los vientos alisios se encargan durante todo el año de que en esta zona haya olas muy altas y espectaculares que son el deleite de los surferos.
Cabarete posee una preciosa bahía curvada de seis kilómetros de largo que está salpicada de hoteles y restaurantes, con una animada vida nocturna.
Desde Cabarete se pueden realizar excursiones a pie, a caballo y en vehículo todo-terreno al Parque Nacional de Choco que está muy cerca, en el que se puede admirar la fauna de la región, las cuevas y planicies de sus cerros, así como la laguna en la que se puede observar la diversidad de su ornitofauna y Punta Goleta, una colina en la que nacen manantiales que abastecen de agua a la laguna. Se puede pasear a través de las cuevas en una pequeña barcaza y allí mismo bañarse en sus lagos subterráneos. Muy cerca se encuentra la espléndida playa de la Goleta de aguas tranquilas.
La vecina provincia de Montecristi, que limita al oeste con Haití, apenas ha sido descubierta aún por el turismo, pero posee un enorme potencial para el ecoturismo debido a su riqueza en biodiversidad. La principal atracción es su naturaleza virgen. Los arrecifes coralinos de Montecristi son los mejor conservados del país.
Las excursiones de ecoturismo a las impecables regiones costeras, las islas coralinas Cayos Siete Hermanos, los vastos manglares vírgenes y las variadas playas, hacen de este lugar algo especial para los amantes de la aventura. En las aguas de Montecristi hay decenas de barcos hundidos de la flota española de la época colonial.

EL PARAÍSO DE SAMANÁ
La península de Samaná es una de las regiones más bellas de la República Dominicana y ofrece todo lo necesario para hacer sentir al visitante como parte de la misma naturaleza.
Santa Bárbara de Samaná tiene cerca de 51.000 habitantes, es la ciudad más importante de la región, y se ha comprometido desde el principio con el turismo individual. Los lugares turísticos más visitados de la provincia son Las Terrenas, Las Galeras, Portillo, Cosón, Playa Rincón y Playa Bonita.
Samaná es una zona que impresiona particularmente, por el contraste entre el verde de las colinas bordeadas de palmeras y las increíbles vistas de las playas de arena blanca. La península se extiende a lo largo de 1.399 kilómetros cuadrados y es por lo tanto mucho más grande que la mayoría de las islas pequeñas del Caribe. En este paraíso ecológico hay mucho que ver, incluyendo la mayor plantación de cocoteros del mundo.
Las influencias de los inmigrantes franceses, alemanes, italianos y españoles, y los esclavos liberados de los Estados Unidos que se establecieron aquí e principios del siglo XIX, juegan un papel importante en la gastronomía, la cultura y las peculiaridades religiosas de Samaná.
El Parque Nacional de Los Haitises es una experiencia muy especial por sus manglares, pequeñas islas, cuevas y naturaleza exuberante. Está situado en una meseta caliza cubierta de enredaderas. Es una curiosa formación que se compone de muchas colinas pequeñas. La alta humedad favorece el crecimiento de una flora abundante, donde los visitantes suelen verse rodeados por un centenar de aves tropicales. La biodiversidad de mamíferos es también destacable. Resultan impresionantes las cuevas con inscripciones precolombinas como la llamada de la Boca del Diablo. Los aventureros pueden descender 16 metros hacia las profundidades de la Cueva Fun Fun en una excursión de día completo.
Otras atracciones son la cascada Salto El Limón, la isla coralina de Cayo Levantado y la observación de ballenas jorobadas en el periodo comprendido entre mediados de enero y mediados de marzo. Aquí cada invierno acuden miles de ballenas jorobadas a su cita para el cortejo, para reproducirse y criar a sus ballenatos. Pueden observarse a estos magníficos ejemplares desde las embarcaciones o bien desde tierra en la estación de observación de ballenas de Punta Balandra.
Cerca de Las Galeras se halla el eco-campo La Sangría, con siete cabañas sostenibles junto a la playa y con acceso directo a la vida en el campo. Al lado de Las Terrenas, Clave Verde ofrece alojamiento en casas de estilo caribeño.
En el otro extremo de la bahía de Samaná está Paraíso Caño Hondo, un proyecto de ecoturismo con ríos interiores, al que se puede llegar en un paseo en barco de unos diez minutos.

EL CIBAO
La zona central de la isla y el valle de Constanza, a 1.200 metros sobre el nivel del mar, forman la región de El Cibao, un maravilloso destino turístico para quien busca tranquilidad y deseo practicar deportes en contacto directo con la naturaleza.
Santiago de los Caballeros, la “Ciudad Corazón” está a 166 kilómetros de distancia de Santo Domingo. El lugar es la cuna del ron, del merengue y del tabaco. En las plantaciones se elaboran los famosos puros dominicanos. Es la segunda mayor ciudad del país, aúna belleza, cultura e historia, y en ella la exuberante naturaleza se funde con la hermosura de su antiguo casco histórico.
La Catedral de Santiago Apóstol se construyó en el siglo XIX en estilo neoclásico y exhibe elementos góticos. Hay que resaltar las vidrieras, el altar de madera de caoba y las tumbas de diversos héroes del periodo de la llamada Restauración Republicana.
La calle del Sol es la principal y en ella se hallan la mayoría de las tiendas y el mercado de artesanía. Otros puntos que merecen visitarse son el monumento en honor a los héroes de la Restauración, de mármol blanco y de 62 metros de altura. Se erigió en los años 40 en recuerdo de la paz de Trujillo. En su interior hay varios museos y los murales de Vela Zanetti. Interesante también el museo del Tabaco, donde se pueden descubrir los secretos de este producto reconocido por su calidad en el mundo entero.
Dando una romántica vuelta en calesa tirada por caballos se puede llegar hasta el Parque Duarte, visitando el centro cultural León Jiménez, el museo de la ciudad de Santiago y el de Arte Folklórico, en el que se pueden ver las mejores máscaras premiadas en el carnaval.
En el Parque Central de Santiago y sus alrededores reina un buen ambiente nocturno.
En los alrededores del Parque Duarte es factible realizar visitas a la presa de Tavera y al embalse de Bao, el Jardín Botánico de Jánico así como a la fortaleza del mismo nombre, y el manantial de agua mineral en la región San José de las Matas.
Al pie del pico Duarte, a unos 500 metros sobre el nivel del mar y en el valle de Jarabacoa, reinan durante todo el año unas temperaturas tan suaves que han concedido al valle el apodo de “país de la eterna primavera” en un paisaje que parece alpino. Allí crecen bosques con árboles de hoja caduca, bosques de pinos, etc. Además existen muchos cursos fluviales, lo que se refleja en el nombre que le dieron los antiguos pobladores indígenas, ya que Jarabacoa en idioma taíno significa “lugar de muchas corrientes”. El visitante que quiera sumergirse en la naturaleza o en la aventura dispone de una extensa oferta de posibilidades.
La fundación de la ciudad de La Concepción de La Vega se remonta a la construcción del fuerte de La Concepción que Cristóbal Colón mandó levantar en el año 1495. La ciudad es un centro cultural y artístico, hoy mundialmente conocido por su carnaval cuya tradición se remonta hasta el siglo XVI. El carnaval de La Vega se celebra todos los fines de semana de febrero y es la fiesta popular más importante del país.
Tanto en la costa del Caribe como en la Atlántica, partiendo de la capital Santo Domingo y desde Barahona hasta Punta Cana o de Puerto Plata hasta Samaná y en las regiones interiores de El Cibao, el visitante primero nota el calor, luego el color, siente el olor de mar que traen los alisios y el aroma de fertilidad que exhala la tierra misma. Después escucha la música frenética que surge de las paredes, del suelo o de la misma piel de la gente, hasta terminar entregando por completo sus sentidos a esta singular y apasionante experiencia que representa conocer República Dominicana.

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