PARAÍSO TROPICAL CON AROMA DE ESPECIAS
Agraciada por la
generosidad del trópico, Kerala es una tierra con especial encanto donde
montañas y playas, plantaciones de té, cocoteros, arrozales y pescadores que
arrojan sus redes conforme a una tradición de siglos, son sólo algunos de los
atractivos que encierran un mundo intenso de colores, olores y experiencias
insospechadas, perfectas para un viaje repleto de emociones.
Kerala, que en malayalam, la lengua del Estado,
significa “tierra de cocos”, se encuentra al suroeste de la India, en la llamada costa
Malabar.
Su belleza natural se
despliega en una franja de tierra pegada a la costa, kilómetros de playas de
doradas arenas salpicadas de palmeras, antiguas iglesias cristianas y ciudades
habituadas durante siglos al comercio con árabes orientales y europeos, de ahí
que floreciera en su territorio un hervidero de culturas, religiones y lenguas,
así como un mestizaje de formas de vida que todavía en la actualidad se trenza
con la más serena naturalidad.
Según las leyendas
hindúes, Kerala surgió del mar como un regalo de Dios. La belleza pictórica de
su paisaje es una de las más sobresalientes de toda la India. Además, la tierra está
entrelazada con ríos, plácidas lagunas, campos de arrozales y cocoteros,
plantaciones de caucho, té, café, pimienta, cardamomo, canela y de otras
especias que cubren las regiones montañosas en el este, dándole el apodo de la
“costa de las especias”.
Posee, al mismo tiempo,
una dilatada historia de contactos con el mundo exterior. En Kochi (la antigua
Cochín) reside todavía una pequeña comunidad que desciende de los colonos
judíos que abandonaron Palestina hace más de dos mil años. También el
cristianismo ha existido en esta tierra desde hace tanto tiempo como en Europa.
Mucho antes de que Vasco da Gama encabezara la expedición portuguesa a la India, esta parte del
litoral ya era conocida por los fenicios, quienes acudían en busca de especias,
sándalo y marfil.
Entre los primeros
viajeros destacaron los griegos, romanos, árabes y chinos, a los que más tarde
se añadieron los portugueses, alemanes, franceses e ingleses. Casi todos ellos
dejaron su huella en esta tierra de una u otra forma a través de la
arquitectura, la cocina o la literatura.
DESDE KOCHI HASTA TRIVANDRUM
Estas dos poblaciones
rodean una de las bahías más bellas del mundo, además del segundo puerto en
importancia de la India.
Buena parte de los
lugares históricos se encuentran en Fort Cochín, una amalgama de construcciones
coloniales portuguesas, holandesas e inglesas junto a la costa de Malabar.
Construida a principios
del siglo XVI por los monjes franciscanos, la iglesia de San Francisco, albergó
en su día los restos de Vasco da Gama (quien falleció en Cochín en 1524), hasta
su traslado a Portugal catorce años más tarde.
Un interesante atractivo
para los visitantes son las originales redes de pesca chinas, las cuales fueron
introducidas por los mercaderes de Kublai Khan en el siglo XIII. Marco Polo ya
dejó constancia de las mismas en sus escritos.
El palacio de Mattancherry
construido por los portugueses en el siglo XVI y posteriormente regalado al rajá
de Kochi, así como la Sinagoga Judía,
son dos enclaves interesantes.
Visita poco menos que
obligada son los backwaters o canales
sumidos entre la vegetación tropical y a través de los cuales pueden realizarse
excursiones desde Allepey hasta Quilon o bien desde Kochi hasta Kottayam. Son
múltiples las opciones, pudiéndose viajar en una simple barca de transporte o
en una lujosa embarcación privada, las llamadas casas flotantes o house boats. También se puede viajar en ferrys públicos.
La ciudad de Trivandrum
tiene fama por su relajada vida social y su arquitectura colonial. En ella
destaca el templo hindú de Padmanabhaswamy dedicado al dios Vishnú, desde donde
se puede acceder a la playa de Kovalam, al sur de Trivandrum, la cual hasta
hace relativamente pocos años no era más que una aldea de pescadores. En la
actualidad Kovalam Beach se ha convertido en uno de los destinos más lujosos de
toda la India.
El Museo de Napier, la
galería de arte de Sri Chitra y los jardines del zoológico (se asegura que uno
de los mejores del continente) completan la oferta turística, sin olvidar el
santuario de fauna de Periyar, situado en las montañas próximas a la frontera
con el estado de Tamil Nadu.
Trivandrum, la capital,
exhibe en sus calles toda la complejidad de la India. Un paseo, por
ejemplo, por la Mahatma
Gandhi Road, puede significar una experiencia apasionante:
tiendas, hoteles, iglesias, mezquitas, templos y, sobre todo, gentes por todas
partes.
Otras ciudades que
merecen conocerse en un recorrido a lo largo de este paraíso sobre aguas que es
Kerala, son: Allepey, de la que Lord Curzon llegó a decir que era la “Venecia
del este” por sus canales y lagunas pintorescas y en la que las carreras de
“barcos-serpiente” es el acontecimiento tradicional más significativo;
Thrissur, famosa por la arquitectura neogótica de la iglesia de Nuestra Señora
de los Dolores, una de las iglesias más grandes de toda Asia, y finalmente
Kollam (la antigua Quilon), situada al norte de la capital del estado y famosa
por su producción de coco.
LAS
ISLAS LAQUEDIVAS
A unos trescientos
kilómetros de las costas de Kerala, las Lakshadweep (cuya traducción literal
significa “mil islas”) o Laquedivas son pequeñas islas de coral, escapadas
milagrosamente al formidable desarrollo industrial indio de estos últimos años,
las cuales se han convertido en un lugar privilegiado de vacaciones
incomparables por su tranquilidad.
Todas las islas y lagunas
confirman un crecimiento coralino excepcional, ofreciendo por ello un amplio
abanico de vida marina. Se trata de uno de los únicos lugares del mundo que
apenas si ha cambiado, las islas en medio de la laguna son conocidas por sus
bellezas naturales.
La única isla abierta al
turismo es la de Bangaram, mientras que Agatti, donde se encuentra el
aeropuerto, ofrece también bellos paisajes.
Rodeados de este
maravilloso entorno, se pueden practicar toda clase de actividades subacuáticas
con toda seguridad, así como bañarse o simplemente tumbarse lánguidamente en la
arena, pero siempre respetando el ambiente terrestre y marino que resulta
excepcional.
Cuando el viajero se
aproxima a Karavatti, la capital de estas islas, el color del mar varía del
azul oscuro al turquesa y al azul vivo. Es un universo de colores
deslumbrantes, una maravilla permanente, un mundo que expone ante la mirada la
magia de su vida marina: pájaros y anémonas de colores vivos, moluscos,
crustáceos, estrellas de mar, pólipos tentaculares carnívoros cuyos esqueletos
forman el coral… Un auténtico paraíso natural.
FESTIVALES MULTICOLORES
Las celebraciones abundan
en Kerala y a cual de ellas más espectacular. Cada templo suele tener su fiesta
individual y ello favorece que el viajero pueda disfrutar, sea cual sea la
época del año en que visite esta tierra, de sus festivales llenos de luz y
color.
Una de las celebraciones
más populares es, sin duda alguna, la de Trichur Pooram, la fiesta anual del
templo de Trichur (de abril a mayo), la cual incluye una extraordinaria
procesión de las diez divinidades del templo y una treintena de elefantes perfectamente ataviados, formando una
deslumbrante hilera que encabeza los festejos. En la cabecera se sitúan los
sacerdotes bajo parasoles de seda, quienes continúan su camino a través de las
calles a lo largo de todo el día y acompañados de música ritual, mientras los
devotos hacen ofrecimientos de arroz y flores. Después de la puesta del sol, la
comitiva se pone de nuevo en marcha, pero entonces lo hacen con antorchas
encendidas, fuegos artificiales y redobles de tambor. Se trata de un impresionante
espectáculo visual.
Onan, durante los meses
de agosto y septiembre, es la celebración de la cosecha y el año nuevo de
Kerala. Dura una semana hasta la llegada de la luna llena. Los festejos
tradicionales, incluyen la decoración de las casas, ropas nuevas, decoración
floral en puentes, patios y bailes que dan la bienvenida a los seguidores del
rey Mahabali, cuyas legendarias reglas significan prosperidad. El momento
álgido de la fiesta son, indudablemente, las carreras de snakeboats que se realizan en Kottayam, Aranmula y Payidpad por los
canales, compitiendo por la codiciada Copa Nehru.
KATHAKALI
Para aquellos que gusten
asistir a representaciones musicales, son ideales las de danza Kathakali, así como los recitales de
música de Carnatic.
Kathakali es un estilo de danza
clásica. En ella se narran leyendas hindúes provenientes de los poemas épicos
del Ramayana y el Mahabharata, que los bailarines/actores
personifican en escena mediante un complejo lenguaje de nrta (pasos de danza), mudras
(gestos con las manos) y navarasya
(expresiones del rostro). Tradicionalmente, el kathakali suele ejecutarse en festivales que se prolongan a lo
largo de toda una noche en los templos hinduistas.
El kathakali pertenece a la vertiente tandava (masculina) de la danza clásica india, por lo que
tradicionalmente todos los personajes son representados por hombres.
Los bailarines de kathakali aprenden a controlar sus
músculos faciales. Algunos maestros tienen tan buen control que pueden reírse
con un solo lado de la cara.
Kerala le debe su fama a
esta forma de baile clásico de muchos años de antigüedad que combina las
facetas del ballet, ópera, la máscara y la pantomima.
Presentado en el recinto
del templo después de anochecer, el Kathakali
se anuncia por el kelikottu o el
batir de tambores y con el acompañamiento de la chengila (gong). La riqueza de una feliz combinación de colores,
expresiones, la música, el teatro y la danza son sin igual en cualquier otra
forma de arte.
Las danzas de kathakali representan un auténtico
espectáculo multicolor.
AYURVEDA
: LA CIENCIA DE
LA VIDA
Ayurveda deriva de dos palabras
sánscritas: Ayur que significa vida y
Veda que es la ciencia o
conocimiento. Se trata pues de la “Ciencia de la Vida”.
La llamada medicina ayurvédica, originaria de la India y practicada en todo
el sur de Asia, es un tratamiento que va mucho más allá de lo físico,
contemplando también el bienestar mental y espiritual.
Según esta medicina
preventiva que tiene en cuenta al individuo en su totalidad, las enfermedades
nunca se tratan de forma aislada, considerando que todos los seres del universo
están compuestos por diferentes elementos: aire, fuego y agua, por citar tres
ejemplos básicos.
El sistema cardiovascular,
el respiratorio, el digestivo y el nervioso, así como los huesos,
articulaciones, músculos y el correcto funcionamiento del metabolismo en
general, están sanos si se mantiene un correcto equilibrio y, por tanto, existe
una perfecta salud corporal. En caso contrario, si el mismo queda truncado,
entonces aparecen el dolor y la enfermedad.
Este tipo de medicina
analiza los distintos fluidos corporales, tales como la orina o el sudor, para
establecer el grado de salud del organismo. A través de estas sustancias se
detectan las posibles carencias y se establece el tratamiento específico. La
terapia ayurvédica también realiza
diagnósticos a través del pulso y del examen de la lengua, el cabello o las
uñas.
Sobre los alimentos
naturales cabe decir que muchos de sus aspectos o propiedades curativas, son
tan populares como quizás desconocidos.
Desde hace más de mil
años la “Ciencia de la Vida”,
cuya eficacia ha sido reconocida por científicos contemporáneos, atrae a
pacientes del mundo entero.
En su origen, los primeros
centros de cuidados abiertos en Calicut (costa Malabar) ofrecían a los
comerciantes que llegaban por mar una cura de masajes tradicionales a base de
aceites de rejuvenecimiento para eliminar las fatigas de un largo y penoso
viaje.
En nuestros días, estas
curas muy eficaces para las personas alían la medicina tradicional india a base
de plantas, a unas reglas dietéticas muy estrictas y unos tratamientos
rigurosos y constantes de un equipo médico especializado.
Varios hospitales y
centros especializados aplican escrupulosamente en sus terapias las tradiciones
más ancestrales. Los resultados espectaculares registrados y reconocidos tanto
por los pacientes como por el mundo científico, les han dado una reputación
mundial. Las curas ayurvédicas no
producen ningún efecto secundario y, por supuesto, no tienen ningún efecto
tóxico.
Kerala es la tierra del Ayurveda.
Otra ventaja indiscutible
de esta tierra es su clima. Kerala es muy afortunada y puede presumir de un
clima suave durante todo el año. Nunca llega a hacer frío en los meses de
invierno ya que disfruta de forma permanente de un clima tropical, lo cual
viene a significar que sus temperaturas no suelen ser inferiores a 30 grados.
Las mejores fechas son de noviembre a febrero. Templados, pero no calurosos, son
los meses de marzo a mayo y de septiembre a octubre. Sólo desde mediados de
mayo a agosto, por ser el periodo del monzón, pueden esperarse lluvias.
A pesar de que en esta
tierra todavía se continúa hablando de un pasado de marinos y comerciantes, herederos
a su vez de una historia mestiza y de ejemplar armonía, Kerala ofrece en la
actualidad, junto a un retablo humano que depara un gran magnetismo por sus
contrastes, una geografía fascinante que, más allá de sus playas incomparables,
se abre al viajero con una belleza natural intacta.
(Ver interesante colección gráfica de
este reportaje en GALERIA DE FOTOS)