B O R O B U D U R


 
                                                    EL  ESPLENDOR  DE  BUDA


Cuando se disipa la bruma matinal, entre la exuberante vegetación se recorta la impresionante silueta de Borobudur. Durante la luna llena (entre mayo y junio) del día más sagrado del calendario budista, millares de fieles acuden en peregrinación para celebrar el Vesak, conmemorando la existencia e iluminación de Sidharta Gautama cuando alcanzó la máxima sabiduría para convertirse en el Buda.
La ceremonia del Vesak es una fiesta muy especial y está centrada en tres templos, caminando desde Mendut a Pawon y finalizando en Borobudur, el santuario budista más grande del sudeste asiático, el cual se erige sobre una cima recubierta de cenizas volcánicas.
Percibir la sosegada sensibilidad de un mundo tan exótico como lejano, inmerso en el misticismo y la religiosidad y a la vez anclado a años luz de nuestra civilización, supone una fuerte sacudida al escepticismo y, por supuesto, a nadie deja indiferente.
Hasta hace sólo unas décadas existían muy escasos conocimientos sobre el entorno que rodea Borobudur, un reducto secreto dedicado a la meditación, dado que estuvo abandonado a lo largo de muchos siglos, permaneciendo oculto por las cenizas y la propia vegetación.

Borobudur es un excepcional monumento budista con silueta en forma piramidal, relacionado con la tradición mahayana, ubicado en la provincia de Java Central y a unos cuarenta kilómetros de Yogyakarta (Indonesia). Su nombre puede derivar del sánscrito Vihara Buda Ur, que significa “el templo budista de la montaña”, aunque también hay quienes aseguran que al estar erigido sobre el Bhumisan Brabadura su nombre quiere decir “el monte inefable de las virtudes acumuladas”.
Este espectacular santuario consta de seis plataformas cuadradas y coronadas por otras tres circulares. Está ricamente decorado por 2.672 paneles de relieves trabajados en la roca y 504 estatuas de Buda.
Todo el recinto es lugar habitual de peregrinaje budista. Los fieles inician su camino en la base del monumento y continúan rodeándolo en el sentido de las agujas del reloj. Mientras se asciende hasta la cima a través de los niveles de la cosmología budista se leen los relieves y, por tanto, según la tradición, han atesorado diferentes virtudes. Durante el recorrido, el propio monumento guía a los peregrinos por medio de un sistema de escaleras y corredores. Es una forma de acercarse a lo divino girando alrededor de toda la estructura.
Una vez en la parte superior de este magnífico santuario se aprecia una extraordinaria panorámica de la llanura de Kedu.

UNA HISTORIA DE SUPERSTICIONES Y MISTERIOS
No hay una evidencia escrita sobre quien construyó Borobudur o de su propósito original, pero comparando los relieves esculpidos en la base del monumento y las inscripciones utilizadas comúnmente entre los siglos VIII y IX, se cree que fue aproximadamente alrededor del año 800. Correspondiendo al periodo entre los años 760 y 830 del apogeo de los soberanos de la dinastía Sailendra en Java Central.
Existen ciertas contradicciones entre los gobernadores hindúes y budistas de Java en este periodo. Los Sailendras son conocidos por ser seguidores de Buda, pero unas inscripciones en piedra encontradas en Sojomerto sugieren que fueron hindúes. Durante esta época muchos monumentos hindúes y budistas fueron construidos en las llanuras y montañas alrededor de la llanura de Kedu. Borobudur fue erigido al mismo tiempo que el templo hindú de Prambanan.
Los antropólogos creen que la religión jamás fue un conflicto notable en Java. Cabe, por tanto, la posibilidad de que un rey hindú mandara construir un templo budista y viceversa.
Durante siglos, Borobudur estuvo cubierto de capas de ceniza volcánica y una densa vegetación. Las razones de este abandono se mantienen desconocidas, aunque existe la suposición de que fue debido a que gran parte de la población fue convertida al Islam durante el siglo XV. Otra teoría se basa en la hambruna provocada por una erupción volcánica (aproximadamente en el año 1006) la cual obligó a los habitantes a abandonar sus tierras. Sin embargo, el monumento jamás fue completamente removido de la memoria de los habitantes de la zona. En vez de glorificar su historia, su imagen se convirtió en algo sujeto a supersticiones, asociándola con la mala fortuna y la miseria.
Siglos después, tras la guerra entre el Reino Unido y los Países Bajos que tuvo lugar en Java, la isla estuvo bajo administración británica. El gobernador general británico Thomas Stamford Raffles, quien estaba muy interesado en la historia de Java, acostumbraba a coleccionar antigüedades y tomaba notas sobre la información recibida por parte de los nativos en sus expediciones. Durante un viaje a Semarang en 1814, se le hizo saber que existía un monumento de grandes proporciones, el cual estaba escondido en el interior de la jungla más impenetrable. A lo largo de dos meses se abrieron paso entre la densa vegetación, incluso cortaron árboles para despejar el lugar hasta llegar al mismo y ser contemplado con gran admiración.
En 1873 fue publicada la primera monografía basada en un estudio de Borobudur y al mismo tiempo se realizaron varias fotografías.
En los años siguientes, el santuario fue objeto del vandalismo y desaparecieron algunas importantes piezas. Se pensó en desmontarlo pieza a pieza por temor a que se derrumbara la estructura, pero finalmente se creyó injustificada la alarma, decidiéndose que debía permanecer intacto.
Entre 1975 y 1983 se llevó a cabo un proyecto de restauración entre el gobierno indonesio y la UNESCO, tras lo cual el monumento fue considerado Patrimonio de la Humanidad en 1991.

UNA MAGNÍFICA OBRA DE INGENIERÍA
Borobudur está construido como una gran estupa, y cuando es observado desde la parte superior toma la forma de un mandala, representando simultáneamente la cosmología budista y la naturaleza de la mente. La base es un cuadrado, con una medida aproximada de 118 metros por lado. Tiene nueve plataformas, de las cuales las seis inferiores son cuadradas y las restantes circulares. Las plataformas superiores presentan setenta y dos pequeñas estupas que rodean una más grande. Cada estupa tiene forma de campana y  está decorada por distintos y curiosos agujeros. Hay una estatua de Buda en cada estupa.
Se ocuparon cerca de 55.000 metros cúbicos de piedras, las cuales fueron tomadas de diversos ríos para construir el monumento. Las piedras se cortaron, transportaron y colocaron sin mortero. Fueron utilizadas hendiduras y protuberancias para poder ensamblar las piedras entre sí. Los relieves fueron creados en el mismo lugar después de que el monumento estuvo terminado. Para combatir las precipitaciones abundantes en la región, todo el santuario está equipado con un sistema de drenaje y para evitar las inundaciones se colocaron desagües en cada esquina, los cuales tienen tallados gárgolas o makaras.   
Borobudur difiere con el diseño de este tipo de estructuras. En lugar de estar construido sobre una superficie plana, se levantó sobre una colina natural. La técnica de construcción, sin embargo, es similar a la de otros templos en Java, sin espacios interiores como otros templos y en forma de pirámide. En principio fue identificado como una estupa en lugar de un templo. Una estupa está considerada como un sepulcro para Buda y algunas veces se construyen como símbolos de alabanza budista. Un templo o candi en indonesio, generalmente se interpreta como el hogar de una deidad y posee espacios interiores para la veneración. La complejidad del diseño, sin embargo, sugiere que en realidad es un templo.
Borobudur está orientado según los cuatro puntos cardinales, de forma similar a los templos de Angkor en Camboya y Pagan en la antigua Birmania, hoy Myanmar. Esta extraordinaria estructura de piedra es un homenaje al Buda y, por su magnitud, podría ser también comparable a las pirámides egipcias o las grandes construcciones aztecas o mayas.

MENDUT Y PAWON
Mendut es un pequeño lugar cerca de Borobudur (unos tres kilómetros) en el que se ubica un candi o templo budista del siglo IX, que también permaneció durante largo tiempo abandonado y oculto por la vegetación. No fue hasta el siglo XIX cuando se desenterró y restauró, convirtiéndose a partir de entonces en lugar de peregrinaje para todos los budistas. La verdadera ruta de peregrinaje se inicia en Mendut para seguir hacia el sudeste, hacia Pawon y finalmente llegar a Borobudur.
Con toda seguridad los tres lugares estuvieron relacionados estrechamente en la antigüedad. Mendut es el más antiguo de todos ellos.
El templo tiene unos 25 metros de altura y está orientado hacia el oeste, alzándose sobre una base elevada y ornamentada con relieves que narran el desarrollo de las enseñanzas budistas.
En el salón principal del templo destacan tres estatuas. En el centro se halla el Buda, que libera a las personas del karma del cuerpo. A su izquierda se representa a Avalokiteshvara, que libera del karma de la expresión errada, y a su derecha se encuentra Vajrapani, quien libera del karma del mal pensamiento. Los nativos aseguran que estas imágenes fueron construidas para ser llevadas a Borobudur, pero una vez concluidas fue del todo imposible trasladarlas.
A mitad de camino entre Mendut y Borobudur se encuentra el templo de Pawon, de menores dimensiones, pero con mucha similitud con el de Mendut. Data también del siglo IX. En su interior no se halla ninguna escultura, pero sí una serie de relieves en los muros exteriores. El nombre del templo deriva muy probablemente de la palabra javanesa que significa incineración y ello hace suponer que en este lugar pudieron tener lugar cremaciones de personajes relevantes de la época del rey Sailendra y sus sucesores en la dinastía.

Hace alrededor de veinticinco siglos un hombre adoptó la vida ascética y errante en el norte de la India. Su búsqueda terminó con el hallazgo de respuestas que han ido pasando a través de generaciones, interpretándose una y otra vez hasta formar una de las grandes tradiciones religiosas vivas.
Desde tiempos inmemoriales se ha considerado que Oriente es una fuente de ideas universales y profundas en torno a la mente, el cuerpo y el mundo que nos rodea. El budismo se ha convertido en algo más que una religión: su impacto cultural y filosófico lleva levantando ecos en el sur y sudeste de Asia, y se ha extendido hasta Occidente. Una búsqueda de la felicidad eliminando el sufrimiento y ordenar los contrastes y confusiones de la vida.
Borobudur fue construido, sin duda, para glorificar la memoria de Buda y en la actualidad es el monumento más visitado de Indonesia.

(Ver interesante colección gráfica de este reportaje en GALERIA DE FOTOS)