LA GRAN BARRERA DE ARRECIFES

QUEENSLAND (AUSTRALIA)

  


“Nos hablan los viajeros de las grandes dimensiones de las pirámides y de otras gigantescas ruinas, pero las más formidables de ellas son del todo insignificantes cuando se las compara con estas montañas de piedra” (Charles Darwin)

El Great Barrier Reef, el complejo de arrecifes de coral más grande del mundo, se extiende frente a la costa de Queensland a lo largo de más de dos mil kilómetros. Es la estructura masiva más extensa que haya sido creada por seres vivientes, cubriendo en total un área de 345.000 kilómetros cuadrados. Contiene 2.100 arrecifes y 71 islas de coral. En ella existen cerca de 400 variedades de corales.
La formación de la Gran Barrera de Arrecifes se inició hace diez mil años y su desarrollo aún continúa. Este sistema fue creado por una miríada de pólipos corales que segregan una piedra caliza, cuyos esqueletos se han acumulado uno encima de otro a lo largo de miles de años. Se trata de un verdadero milagro de supervivencia y estructuración.
Penetrar en la Gran Barrera siempre ha sido expuesto, pues sus defensas coralinas son formidables. Aseguran que el primer explorador que divisó los arrecifes fue el capitán James Cook, tras encallar con su navío  Endeavour en junio de 1770. Posteriormente, la zona se convirtió en un auténtico cementerio de embarcaciones, debido a los múltiples naufragios que en ella se produjeron.
Desde hace más de doscientos años, “The Reef”, como cariñosamente es llamada, ha sido motivo de fascinación para marinos, pescadores, científicos y más recientemente  turistas.
En la actualidad, la barrera de coral se está viendo afectada por el calentamiento global que incide sobre el planeta tierra y que aumenta cada vez más. Los corales son especies muy sensibles a los cambios de temperatura del océano. En el año 1976 ya se creó la Great Barrier Reef Marine Park Authority para proteger este parque, único en el mundo, y cuya mayor parte se encuentra bajo el agua. En el año 1981 fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Los arrecifes, de un color ópalo, se encuentran en un mar turquesa e índigo y son muy poco visitados. Algunos de los arrecifes rodean a idílicos cayos de coral, islotes formados por coral blanco arrastrados por el viento y la marea, en los que se encuentran aves y una exuberante vegetación. Otros arrecifes, completamente sumergidos, muestran su superficie dorada durante la marea baja.
Cerca de la cadena de arrecifes se encuentran otras 618 islas continentales muy adecuadas para el buceo, con atractivos corales ornamentales. La abundancia natural para el buceo en esta zona, obliga a conformarse con visitar algunos de estos lugares de espectacular carácter y belleza, incluso adecuados para el buzo más inexperto.
En este confín del mundo, islas, cayos y arrecifes de coral forman un auténtico mundo mágico y natural, aparte de ser uno de los mayores ecosistemas del planeta.

MARAVILLOSO MUNDO SUBMARINO
Sin duda este lugar es la mayor atracción natural de Australia. Se puede bucear junto al coral, o bien, si no se tiene la experiencia necesaria como para bucear en profundidad, puede realizarse un buceo superficial que permite disfrutar muy bien del coral, ya que las aguas cristalinas que lo bañan son muy transparentes. También existe la posibilidad de realizar un crucero en embarcaciones especiales que tienen un fondo transparente, o bien en sumergibles mediante los cuales se permite apreciar el arrecife sin tener que entrar en el mar. Las playas en las orillas de la Gran Barrera son de blancas arenas.
Treinta especies de ballenas, delfines y marsopas se han registrado en la Gran Barrera de Coral, incluyendo la ballena minke enana, el delfín del Indo-Pacífico y la ballena jorobada. Así como 125 especies de tiburones y más de cinco mil de moluscos
Seis especies de tortugas marinas llegan a los arrecifes (la tortuga verde, tortuga laúd, tortuga carey, tortuga boba, y la tortuga golfina). Las tortugas marinas verdes en la Gran Barrera de Coral tienen dos poblaciones genéticamente distintas, una en la parte norte del arrecife y la otra en la parte sur. Este calidoscopio submarino está habitado también con alrededor de 1.500 especies de peces, muchos de ellos brillantes como auténticas joyas, los cuales nadan entre ondulantes esponjas y delicadas formaciones de coral, mientras que las frágiles estrellas de mar y los erizos se deslizan por las cuevas.
Los cocodrilos de agua salada viven en los pantanos de manglares y en la costa cerca del arrecife. Por lo menos siete especies de ranas habitan en las diversas islas.
Del mismo modo, unas diecisiete especies de serpiente de mar viven en la Gran Barrera de Coral en las cálidas aguas de hasta 50 metros de profundidad y son más comunes en el sur. Ninguna de las que se encuentran en la Gran Barrera de Arrecifes es endémica, ni están bajo peligro de extinción.
Asimismo, en las diferentes islas se pueden realizar variados recorridos que permiten observar distintas especies de aves. Se calcula que hay unas 215 especies (incluyendo 32 especies de aves exclusivamente playeras) que visitan el arrecife o en nidos o dormideros en las islas, como el águila de mar de vientre blanco y el charran rosado. En las islas de la Gran Barrera de Coral también existen 2.195 especies de plantas conocidas. Las islas del norte tienen de 300 a 350 especies de plantas que tienden a ser leñosas, mientras que las islas del sur tienen alrededor de 200, que son herbáceas. Las plantas se propagan por las aves.
Como puede observarse, toda esta extensa zona está poblada por una riquísima fauna marina.
Si el visitante cree que las islas que forman la Gran Barrera son similares a las de los Mares del Sur -bajos cayos de coral bordeados de largas playas y coronados por ondulantes palmeras- es muy probable que quede gratamente sorprendido.
Apenas un puñado de estas islas son cayos y sólo dos de ellas, Heron Island (a 70 kilómetros de Gladstone) y Green Island (a 27 kilómetros de Cairns), tienen instalaciones para los visitantes. Ninguna de las otras islas tiene alguna relación con el coral; se trata de las cúspides de las montañas separadas del continente, que se alzan abruptamente sobre el agua, y la mayoría están cubiertas por una densa vegetación. Muchas son parques nacionales.
Entre las mejores islas coralinas de la Gran Barrera cabe destacar:
Whitsunday Islands, un archipiélago integrado por más de setenta islas, la mayoría de ellas deshabitadas y rodeadas de arrecifes.
Frankland Islands, también deshabitadas (aunque se puede acampar una noche). Este archipiélago está declarado parque nacional.
Green Island, pequeña isla coralina y parque natural con hermosas playas y cristalinas aguas, ideales para la práctica del buceo.
Magnetic Island a escasos ocho kilómetros de Townsville, también parque nacional, no en balde sus paisajes son extraordinarios, de ahí que sea muy apreciada por el turismo.
Great Keppel Island tiene una veintena de hermosas playas y numerosos puntos para ver los corales. En sus 14 kilómetros cuadrados hay senderos por los que desplazarse, algunos lodges económicos y hoteles.

QUEENSLAND

Es muy comprensible que mucha gente asocie el nombre de Queensland con playas y sol. Después de todo, es conocida en Australia como “la provincia del sol”, lugar ideal para pasar unas vacaciones. Pero eso sólo una parte de la historia, ya que este vasto territorio es mayor que las Islas Británicas, Francia, Bélgica, Alemania, Italia y Grecia, todas juntas. En el continente australiano todas las extensiones tienen una gran magnitud.
Queensland es la tierra de las masivas propiedades dedicadas al cultivo de pastizales, los cuales invaden la llanura hasta el horizonte y más allá. Es el duro y aplastante escenario donde los hombres luchan contra el calor, polvo y sequía para domar el país que para sí han escogido. También es la tierra de la caña de azúcar y de los frutos tropicales, de los macizos montañosos y añosos bosques. Asimismo, Queensland es el hogar de muchos indígenas australianos, cuyas raíces se entroncan en sus sagradas tierras en un afán de preservarlas del “progreso” del hombre blanco.
La zona fue ocupada por primera vez por los indígenas australianos y los isleños del estrecho de Torres. En el siglo XIX Queensland se convirtió en colonia de la Corona Británica, separándose de Nueva Gales del Sur (1859), una fecha que ahora se celebra en todo el estado. El nombre le fue puesto en honor a la reina Victoria del Reino Unido.

BRISBANE, LA PUERTA HACIA EL SUR
Con una población cercana al millón y medio de habitantes, es el eje económico y la capital de Queensland.
La ciudad es vibrante, efervescente y con un clima subtropical; pero también con un apacible estilo de vida. Las diversas facetas del centro de la ciudad y el Queen Street Mall subrayan las costumbres de su población, orientadas hacia el interior de la región, mientras que a lo largo del río Brisbane, la ciudad ha orientado nuevamente su rostro hacia esa vía fluvial.
Brisbane fue fundada como una colonia penal en el año 1824. Considerando criterios internacionales, es una ciudad relativamente joven. Es también un centro de cultura, donde artistas de hoy tratan de ganar el reconocimiento del público local, por medio de grandes obras de ayer.
Tanto la propia Brisbane como la región de los alrededores son un destino de viaje ideal para los visitantes. En el sur se encuentra Gold Coast, la zona de recreo del Pacífico y uno de los lugares de ocio preferidos por los australianos. En el este está situada Moreton Bay con magníficos bancos de pesca deportiva de renombre internacional, islas de naturaleza intacta y zonas marítimas protegidas. En el norte está la hermosa y serena Sunshine Coast con su región Hinterland; mientras que en el oeste, sur y norte se encuentran montañas y parques forestales rodeados de vegetación subtropical.
Hay miles de cosas que ver y hacer en Brisbane. En el museo Queensland se puede retroceder en el tiempo o también admirar arte moderno en sus galerías. Se puede realizar un  crucero en el río Brisbane o hacia Moreton Bay y sus hermosas islas.
La gastronomía es otro de los aspectos destacados de esta zona. La ciudad tiene una serie de prestigiosos restaurantes que ofrecen la crema de los productos frescos de las granjas de la región, los pescados y mariscos más finos y exóticas frutas tropicales.

CAIRNS, LA ENTRADA POR EL NORTE
Esta dinámica ciudad tropical, antiguo pueblo de pescadores, se halla situada a 1.700 kilómetros de Brisbane y a unos 2.400 de Sydney por carretera.
Aparte de encontrarse frente a la Gran Barrera de Arrecifes, hacia el oeste se extiende la selva de la meseta de Atherton Tableland. En el norte, Port Douglas, Diantre y Cooktown, y detrás la naturaleza silvestre de la península de Cape York. Una costa intacta, con naturaleza tropical, selvas e islas como perlas en un mar cristalino. Los aguaceros tropicales suelen repetirse y cada vez que sale el sol, la exuberante vegetación se muestra fresca y brillante.
Resulta difícil imaginar que antes Cairns era un pueblo somnoliento. Hoy es el centro neurálgico de Far North Queensland y una ciudad hospitalaria y amable capaz de ofrecer todo tipo de alojamientos a los visitantes, aparte de tener fama porque en ella abundan las oportunidades de todo tipo. Cairns es punto de partida para cruceros hacia los arrecifes y cuenta con magníficas playas.
A una hora de distancia está situada la pintoresca aldea de Port Douglas, donde se puede encontrar la típica artesanía australiana.

TOWNSVILLE Y LAS ISLAS
Ubicada en la costa noreste del continente australiano, es una ciudad de alrededor de 170.000 habitantes que ha crecido en la última década, sin duda, debido a encontrarse muy cerca de la Gran Barrera de Arrecifes.
Hay diversas islas y centros de vacaciones que ofrecen un amplio abanico de opciones de alojamiento, desde el lujo internacional de la isla Hayman, hasta la oportunidad de de acampar en una playa desierta.
El mar es cristalino, la arena de las playas de una blancura perfecta y la vegetación de las islas de un verde opulento. Posiblemente sea el lugar ideal donde nadar, navegar, pescar, bucear o descansar bajo el sol.
La Gran Barrera corre a lo largo de las costas de la región, lo que convierte a Townsville en el centro turístico por excelencia. El río Ross atraviesa la zona urbana de la ciudad y le resulta de gran importancia, ya que no solo sirve de lugar de recreo para sus habitantes, sino que también posee una presa a treinta kilómetros de la desembocadura, convirtiéndose así en la mayor fuente de agua de la zona. Este río es navegable sólo para pequeñas embarcaciones.
Townsville es, asimismo, un centro regional de deportes.
Otros puntos interesantes son las ciudades de Kuranda (un observatorio indispensable para descubrir la selva tropical australiana) y las costeras de Mackay y Rockhampton, ambas al norte de Brisbane.

EL GOLFO SAVANNAH Y LA REGIÓN INTERIOR
El golfo de Savannah o “la selva australiana a orillas del mar”  limita con el extremo sur del golfo de Carpentaria. Esta vasta y remota región fronteriza es el lugar de vacaciones perfecto para los viajeros con espíritu de aventura y el deseo de conocer una diferente y fascinante parte de Australia. La región, rica en historia, contiene una increíble variedad de paisajes espectaculares como las sabanas cubiertas de hierba del Far North-West Queensland, tortuosos ríos, vastas salineras, zonas húmedas, desfiladeros y las islas en aguas turquesas del mar del golfo.
Por lo que respecta a la región interior, es una de las pocas regiones que aún pueden ofrecer al visitante la oportunidad de conocer otra Australia distinta, algunos aseguran que la auténtica. En ella se puede ver la zona de Rolling Plains con algunas de las haciendas de ganado más grandes de todo el país, pueblos mineros fantasmas, los campos de batalla de la más feroz tribu aborigen de Queensland, terrenos abruptos, unas magníficas puestas de sol  de un rojo profundo, vida silvestre, pequeños pueblos que sirvieron como estaciones de la diligencia de correos Cobb & Co. y lugares que se han desarrollado alrededor de algunas de las minas más grandes del mundo.
Lo realmente cierto es que el interior de Queensland combina lo mejor de dos facetas distintas: la comodidad de la civilización y la posibilidad de conocer la forma de vida de los pioneros para aquellos que buscan la aventura.

Este paraíso de aguas cristalinas que es la Gran Barrera de Arrecifes, frente a las costas de Queensland (Australia), es uno de los mayores y más bellos ecosistemas del planeta. Sin duda, una auténtica maravilla de la naturaleza.
Como observó el gran naturalista del siglo XIX, Charles Darwin: “Resulta difícil concebir que este jardín de coral estuviera formado por el blando y gelatinoso cuerpo de los pólipos. Sin embargo, por mediación de las leyes vitales, este delicado animal de coral conquista el gran poder mecánico de las olas de un océano, a las que ni la destreza del hombre ni la obra inanimada de la naturaleza pudieron resistir”.